No, no se crean. Esto no es un post pataleta porque alguien haya cogido una de mis entradas y la haya fusilado sin poner la fuente ni nada parecido.
Recuerdo que hace unas semanas la amiga @monicamoro nos hablaba sobre el uso de los correos electrónicos en su Mira Que Bé, y mira tú por donde, que hace unos días Pilar Jerico nos volvía a incidir sobre el tema pero desde la óptica del #liderazgo.
Sin C/C, por favor:
“Poner siempre en copia al jefe resta responsabilidad a quien toma la decisión” me comentó el otro día un director general de un banco. Y qué razón tiene. El jefe puede exigirlo bajo la ilusión de que así controla mejor o el colaborador puede añadirlo para escudarse ante posibles consecuencias.
Y que quieren que les diga, que un servidor tiene debilidad...
... debilidad por Mónica Moro, de la que a poco que hayas leído por aquí, no tengo nada más que añadir.
... debilidad por Pilar Jericó, a la que tuve la suerte de saludar en el Foro de la Innovación de hace un par de años en Logroño,
... y debilidad por cualquier tema que vaya ligado al concepto del liderazgo, uno de los temas favoritos en esta casa.
Me quedo con esta reflexión de la propia Pilar Jericó (las negritas son mías, jejeje...):
liderar supone crear entornos desafiantes que reten a los colaboradores, que les confronten con sus propios dilemas y con el vértigo de la toma de decisiones. Y todo ello requiere nuevas actitudes, valentía, desterrar el férreo control, reconocer la iniciativa y confiar en el equipo, algo que no siempre se pone en juego en las empresas.
Hoy mismo empiezo a fijarme de a quién pongo copia en mis correos y quién me pone copia a mí, y sobre todo, cuantas de esas veces es estrictamente necesario o se tratan de oscuras maniobras orquestales en la oscuridad, jajaja...
Y vosotros, ¿abusáis mucho del C/C en vuestros correos electrónicos o lo justo e indispensable?