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miércoles, 7 de septiembre de 2011

Programa de Intercambio HOPE 2012

Si contestas afirmativamente a estas preguntas, no te quepa ninguna duda de que este post te interesa:
  • ¿Eres profesional sanitario o no sanitario en alguno de los servicios autonómicos de salud?
  • ¿Te interesa realizar un estudio sobre el envejecimiento de los profesionales sanitarios-envejecimiento de los pacientes : múltiples retos para hospitales y atención sanitaria en Europa?
  • ¿Tienes disponibilidad a pasar un mes fuera de tus quehaceres, ya sean profesionales, ya sean personales, fuera de España?
Si has dicho que sí a estas preguntas, o si te ha picado la curiosidad, que sepas que es tiempo de iniciar el lanzamiento del Programa de Intercambio de Profesionales Sanitarios HOPE 2012 . Por si alguno/a no lo sabéis, este Programa se viene organizando ininterrumpidamente desde 1981, España participa en el mismo desde 1989. 

Este año el periodo de  intercambio propiamente dicho será del 14 de Mayo al  13 de junio de  2012. El  próximo  31  de octubre finalizará el plazo de participación tanto para la  oferta de plazas en hospitales u otras  instituciones sanitarias  españolas a profesionales comunitarios, como para el envío de solicitudes de profesionales españoles para realizar estancias en instituciones sanitarias   europeas. También pueden participar  profesionales que trabajan en la gestión de la atención primaria de salud y en las servicios centrales y regionales  de la Administración Sanitaria.

Como cada año, un tema diferente se asocia  al programa , siendo el elegido en esta ocasión “Envejecimiento de los profesionales sanitarios-envejecimiento de los pacientes : múltiples retos para hospitales y atención sanitaria en Europa”  (Ageing health workforce-ageing patients:multiple challenges for hospitals and  healthcare in Europe”) .

Del 11 al 13  de junio se clausurará el programa con HOPE Agora y este año  será en Berlín (Alemania), en donde  cada país participante expone  con los profesionales que haya acogido, una presentación con el tema del año y  también habrá una  Conferencia Internacional relacionada con  envejecimiento de la población y su repercusión en los servicios sanitarios.

Nosotros os recomendamos a todos los que estéis interesados en ir, así lo hicimos en 2008 en Budapest y así lo contamos en el blog: Siempre nos quedará París, verdad my friend? 



martes, 7 de septiembre de 2010

Con las pilas cargadas.

Bueno, ya estamos de vuelta, tras unos días recargando las pilas con la family en las playas de Cambrils, ya estamos otra vez por aquí dando guerra.

Han sido días de relax, al menos todo el relax que el spiderboy y mi inFanta de naranja Sofía, pueden permitir... que con 4 años y 6 meses respectivamente, pues como que tampoco hay tantos ratos de relax como parece. Eso sí, diversión a tope, que si minigolf, que si carreras por la orilla, que si castillos de arena, etc., etc.

Por cierto, en la foto podéis ver que por fin he encontrado a mis rubias fresquitas, jajaja...

Toca ahora hacer balance del experimento realizado con el Cuaderno de viaje, Budapest 2008, que nos ha venido amenizando las entradas de este verano desde que el pasado 11 de agosto iniciaramos con su relato y que ayer mismo terminabamos con Siempre nos quedará París.
  1. Lo más leído del Cuaderno de Viaje, Budapest 2008: Baños, chicas y rock'n'roll.
  2. Lo más comentado del Cuaderno de viaje, Budapest 2008: Los sistemas de información húngaros.
Y en estas estamos, ya preparándonos para ir a trabajar a estas horas que salga publicado el post, las 7 de la mañana, como digo con las pilas cargadas, porque el próximo parón ya no será hasta navidades, uff que lejos queda eso...



He estado apunto de poner un villancico, pero me ha parecido un poco pronto, jajaja... y por eso he puesto la de "El siete de septiembre", de Mecano, nada mejor para un día como hoy.

 Esta entrada ha sido, sin más pretensiones, para retomar el contacto con la escritura de una entradita diaria, que ya tenía ganitas, y como tal, flojita de contenido pero no va a ser así siempre, mañana sin ir más lejos volvemos a dar un poquito de guerra y algún que otro quebradero de cabeza a nuestros habituales.

Pero eso será mañana... con uno de esos temas que algunos llamamos "de los de hacer amigos", verdad @manyez?

lunes, 6 de septiembre de 2010

Siempre nos quedará París.

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[del 28 al 30 de mayo]

Por fin, y tras varios días por casa, aunque sólo sea por abrazar a la familia y renovar las maletas después de un mes fuera, del 28 al 30 de mayo tuvo lugar en París el congreso final del Hope Exchange Programme de este año, en el cual, cada grupo iba presentando sus conclusiones a lo visto en el sistema de salud del país en el que habían estado destinados las últimas cuatro semanas.

En nuestro caso, el trabajo a defender fue éste:
Pero al margen de esto, fueron tres días irrepetibles en los que conocimos, a unos más y a otros mucho más, a todos los españoles que habíamos estado participando en distintos países de la Unión Europea, entre otros al gran Miguel Ángel Manyez (@manyez); si eres asiduo a SobreviviRRHHé! estarás harto de oir hablar de él porque rara es la semana en que no se le nombre en al menos una entrada.

Aquel año el grupo que ganó el premio a la mejor presentación fue Dinamarca, seguido por el grupo de participantes que estuvo en Países Bajos y el tercer premio se lo llevaron los participantes que habían estado en el Reino Unido, entre ellos, otro de los grandes amigos que nos encontramos en esta hermosa aventura: Alvaro Leal García, Director Gerente de Atención Primaria (G.A.P Alcazar de San Juan).

Para todos ellos van dedicadas todas estas entradas, que iniciamos el pasado 11 de agosto y que terminamos aquí. Muchas gracias a todos por aguantar el tostón pero como es el primer verano en SobreviviRRHHé! y, como hacen algunos programas de televisión, me daba miedo cerrar por vacaciones y que a la vuelta hubieramos perdido toda nuestra audiencia, jajaja...

Foto final realizada en París con todo el grupo, o al menos la mayoría, de los españoles participantes en el programa de intercambio de profesionales sanitarios en 2008:


Por cierto, ya se ha abierto el plazo de presentación de solicitudes para el programa de intercambio de 2011, tienes toda la información necesaria aquí o también aquí. No dejes escapar la oportunidad, no te arrepentirás, te lo aseguro.

domingo, 5 de septiembre de 2010

La última cena.

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[22 de mayo]

Hoy se trataba de ir cerrando asuntos para poder despedirnos de la aventura.

Quedaba una reunión de trabajo de unas dos horas para poner en orden las recomendaciones de ayer de George: hecho!

Quedaba realizar todas las compras de regalitos para la gente de casa: hecho! Por cierto, todo un mes por aquí, y al final, deprisa y corriendo a comprar los últimos detalles.

Quedaba pendiente también la última cena en un crucero a través del Danubio y poder disfrutar así de la ciudad de noche iluminada para la ocasión. La típica excursión por el Danubio, un par de horas en un barco, pero eso sí, con abundante cena y pastelitos en el postre, como toda buena comida húngara que se precie.

Esta vez también nos ha acompañado Éva, la mujer de George. Nos hemos sentado en una mesa los 5 y en el centro del comedor había una serie de bandejas en plan bufet de dónde ibas pillando la comida y te volvías a sentar, para que luego digan que lo malo de las sidrerías es que te tienes que estar levantando, pues mira tú por donde, aquí en Budapest, hoy me he tenido que levantar cuatro o cinco veces, pero claro, en una sidrería cuantas más veces te levantes, más borracho acabas, pero aquí, es al revés, cuántas más veces te levantas, más gordo vas a terminar.

En fin, después del viaje, Eija quería ir a tomar una copa pero nosotros no teníamos ninguna gana, yo porque a las 6:30 me va a sonar el despertador para estar a las 8 en el aeropuerto, y Luis, pues no sé, porque es así de soso, supongo…

… en fin, como diría el otro, SIEMPRE NOS QUEDARÁ PARÍS!!!


sábado, 4 de septiembre de 2010

Recogiendo los frutos.

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[21 de mayo]

Un día menos. Por la mañana hemos estado repasando la presentación, porque a las 2 habíamos quedado con George Harmat para enseñársela, así que de 10 a 12 hemos estado trabajando duro. Hemos vuelto a comer en el Bethesda con Szuszana, hoy tocaba sopa, como no, pero esta vez con champiñones, y la verdad es que estaba buena. Y el segundo plato tampoco estaba mal, pasta con carne.

Y después de eso nos hemos ido al despacho de George, en la cuarta planta del Heim Pal Children’s Hospital, le hemos explicado nuestra presentación, ha hecho tres o cuatro correcciones de poco calado, porque en general la presentación le ha gustado. Según se la explicábamos nos hemos dado cuenta de que tal tez sí que tengamos la presentación preparada pero no su exposición al público, tenemos que intentar explicarla mejor y no leer las diapositivas tal cual están redactadas. Así que mañana hemos quedado un rato para rematar estas cosillas, además George nos ha pedido que metamos unas cuantas fotos de nuestra estancia en Budapest, así que tendremos que hacerlo así.

Y hoy poco más, a las 7 teníamos ballet otra vez, así que el rato libre que hemos tenido por la tarde yo lo he dedicado para poner al día el correo electrónico, aunque hoy no ha sido posible conectarme con España porque no estaban en casa, así que hemos tirado de métodos tradicionales: una llamada de teléfono,jajaja...

viernes, 3 de septiembre de 2010

Ready for Paris, aren´t we?

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[20 de mayo]

Bueno, pues esto empieza a acabarse, y se nota en el ambiente, por ejemplo, hasta la ciudad está triste, y no ha parado de llover en todo el día. Menos mal que el plan para hoy era trabajar la presentación para París, y prácticamente no hemos salido de la biblioteca del Bethesda Hospital en todo el día, lo justo para ir a comer al otro edificio del mismo hospital, pero que está a un kilometro más o menos de distancia.

Hemos elegido esa biblioteca porque tiene una ventaja fundamental: conexión WIFI a internet, y eso es un lujo, así que hay hemos estado los tres con nuestros respectivos portátiles abiertos buscando información e imágenes que nos ayuden a contar las cuatro ideas que tenemos sobre el sistema de salud húngaro y las ICT.

La verdad es que ha sido un día duro de trabajo pero, a la vez, el tiempo ha corrido sin enterarnos. Nos juntábamos a eso de las 9 de la mañana y no hemos parado a comer hasta las 12 del mediodía. Allí estábamos los tres, siguiendo la base de presentación que yo había preparado jugando con los puentes y el pasado-barra-presente-barra-futuro de la ICT en Hungría, intentado rellenar toda la información posible que habíamos ido recogiendo estos días y buscando algunos apoyos en las páginas web húngaras y, si era posible, en sus traducciones al inglés.

La verdad es que mis compañeros han confiado en mis habilidades con el teclado y mis conocimientos informáticos, por cierto, en Finlandia conocen el ECDL (European Computer Driving License), y no sólo eso, sino que Eija también lo tiene, al igual que yo. De hecho, ha sido uno de los pilares de la formación en TIC de los últimos años en FHC.

Aún así, ha preferido que sea yo quien maneje las teclas y fuese completando la presentación con la información que cada uno de nosotros iba recabando de sus propias notas o del querido amigo Google, famoso en el mundo entero.

Cuando hemos llegado a la cafetería a comer nos hemos encontrado con Szuszanne, la coordinadora del Bethesda, y nos hemos vuelto a juntar con ella a comer. Es más, ayer se comprometió a tomar el café con nosotros a las 4 de la tarde, e incluso habíamos comprado unos exquisitos pasteles en una de las tiendas del metro, pero nos ha dicho que no tenía más remedio que darnos plantón. No obstante, hemos vuelto a quedar mañana a comer con ella, y sigue pendiente el enseñarle nuestra presentación antes de que nos vayamos. El menú de hoy, por cierto, no era para tirar cohetes pero mucho mejor que el de ayer. Como siempre, una sopa para empezar, la de hoy era una especie de caldo con patatas y algo de carne; y de plato principal una especie de arroz tres delicias con un trozo de pollo guisado.

Hoy no hemos querido abusar y nos hemos quedado sin postre, aunque tampoco importaba porque nos estaba esperando en la biblioteca una deliciosa bolsa llena de pastelitos, porque aunque Szuszana no viniera, nosotros a las 4 como un reloj suizo, hemos hecho nuestra pausa para el café.

Por cierto, el vino ha ayudado un poco para que nos repartamos la presentación oral de París, y al final hemos decidido dejarle a Eija la parte del PRESENTE, que ha quedado más extensa que las otras y ella se defiende mucho mejor en inglés que nosotros.

A Luis le hemos asignado el PASADO, por ser el más "viejo"; y a mí, siguiendo esa regla de tres, al ser el más joven me toca hablar del FUTURO, puede ser divertido, supongo que el día de la presentación estaré cagado de miedo, pero no podemos dejar pasar la oportunidad de hablar ante un público más o menos numeroso (calculamos unas 100-150 personas, entre HOPE participants y coordinadores), y encima en inglés. Anda que no va a lucir bien en el curriculum vitae de cada uno...

Y poco más, hemos seguido trabajando después hasta las 6 de la tarde, pero el cansancio iba haciendo mella en nosotros. Y hay cosas que ni el vino ni el queso húngaro que nos ha sacado Eija pueden cambiar, es más, yo creo que lo ha empeorado, porque después de tan selecta cata, el rendimiento ha ido decreciendo a marchas forzadas. No obstante, mañana hemos quedado para darle la última revisión antes de comer, y de ahí, a enseñársela a George, que nos diga qué le parece, qué podemos mejorar, y si hay algo que tenemos que quitar porque a él no le parezca correcto.

Pero bueno, eso será mañana. Hoy podemos ir a dormir con la satisfacción del trabajo bien hecho. No sé si Eija pensará lo mismo, pero es que ella es finlandesa y no tienen la misma filosofía de trabajo que nosotros, gracias a Dios!

jueves, 2 de septiembre de 2010

Contactando con la más dura realidad.

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[19 de mayo]

Al fin y al cabo, nosotros preocupados de que tengan más o menos ordenadores, más o menos conexiones wifi, más o menos wireless, más o menos networks, más o menos websites… en definitiva, intentando buscar el papel de las nuevas tecnologías en la sanidad, y cuando hemos perdido el horizonte y olvidado que realmente lo más importante son los pacientes, ni siquiera los médicos o enfermeras, ni mucho menos el personal administrativo de los hospitales, aunque esto sea tirar piedras sobre mi tejado, nos topamos con la más dura realidad encontrándonos de lleno en una unidad pediátrica de grandes quemados. Pero empecemos desde el principio…

Hoy era nuestra última visita a los hospitales y servicios de salud húngaros, y ya nos han dicho cual va a ser el resto de reuniones oficiales para esta última semana: el miércoles después de comer, que aquí quiere decir a las dos de la tarde, tenemos una reunión con nuestro coordinador húngaro para que le enseñemos lo que tenemos preparado para París, y aquí es cuando vienen las prisas de mis compañeros; y por último, la cena de despedida del jueves en el típico-barra-tópico barco que surca el Danubio buscando la iluminación de los edificios más destacables a ambas orillas del río.

Pues nada, hemos llegado al Bethesda Children Hospital y al principio pues cómo todas las demás reuniones. Nos ha recibido la “relaciones públicas” del hospital y nos ha presentado al Director-Gerente, que tras un pequeño discursito de lo bueno y lo estupendos que son, se ha marchado y nos ha dejado que siguiéramos visitando el hospital.

La verdad es que este hospital sí que esta por delante de otros muchos porque fue seleccionado por CISCO system y T-system para implantar en modo de pruebas una conexión wifi por todo el hospital, ya que este lo forman dos edificios separados al menos 800-900 metros, y les permite estar conectados todo el día, tener reuniones a primera hora de la mañana entre los médicos sin que los de un edificio se tengan que ir al otro a modo de video-conferencias, y ese tipo de cosas que para otros hospitales sería ciencia-ficción.

Pues nada, como querían enseñarnos lo mejor de ellos, y están especializados en una unidad de grandes quemados, y no os olvidéis que es un hospital pediátrico, nos han llevado por todas las habitaciones, y francamente, cuando hemos llegado a esta zona especial, el mundo se te viene abajo. Pequeños, algunos bebés de pocos meses, con prácticamente todo el cuerpo quemado, la verdad, se hace muy duro.

Yo pensaba que podía estar algo más sensible por acordarme en estos casos de Sergio y del pequeño susto que nos dio en enero, pero no, mis compañeros lo han pasado tan mal o peor que yo. Y es que no hay nada más terrible que ver a estos pequeñajos sufriendo tantos dolores, y aún así, la mayoría nos han regalado alguna tímida sonrisa, como diciendo, esta gente tan rara y que habla tan raro, a qué habrán venido a mi habitación…

En fin, que la sanidad es esto, casos y más casos particulares, y para cada uno, su familiar es el más importante del hospital, y cuando sufres tanto dolor cómo alguno de estos niños, en lo último que piensas es que mi papá tiene wifi en la habitación para que pueda conectarse al trabajo mientras me cuida, o alguna otra estupidez que hemos oído hoy de boca de nuestros anfitriones.

Pongamos los pies en el suelo, sí que está bien que la sanidad pueda estar más o menos informatizada, pero lo realmente importante es el cuidado de los pacientes, da igual la herramienta que uses, y mucho menos la informatización que hayas podido desarrollar en tus instalaciones… a mí quítame el dolor, y luego envías una carta o un email, como si tienes que mandar señales de humo al OEP para que te paguen mis tratamientos.

Pasando ya a temas más triviales, la elección que teníamos hoy para comer, después de la sopa obligatoria, aunque hoy ha sido la primera vez que he visto fideos como tal, era o coliflor con un filete de pollo, creo, o hígado con puré de patatas y guisantes. Después de visto lo visto, no teníamos mucho estomago para comer, ni mucho menos para quejarnos del menú, pero es que la coliflor no me gusta, y ya la tuve que comer el jueves pasado en Szent Imre Hospital, y el hígado menos, y la verdad, es que no me he enterado que era tal hasta que me he sentado a la mesa, pero como ya os he dicho, no estaba el patio para quejarse por chorradas, me lo he comido como un señor y punto, eso sí, con mucho pan y gran cantidad de agua. Menos mal que de postre volvíamos a tener una de las sabrosas tartas húngaras para quitar cualquier mal sabor de boca que si no…

Terminada la visita hemos ido a tomar una cervecita y hablar un poco del trabajo de la presentación de París, y viendo que la presentación que tenía hasta ahora era demasiado extensa para 10 minutos, he tenido una genial idea, que al compartirla con mis compañeros les ha parecido aún más genial, así que mañana tendremos que trabajar sobre ello.

Se trata de jugar con algo muy típico de Budapest, sus puentes sobre el Danubio, con las diferentes realidades de la ICT en Hungría. Es decir, jugar con el concepto de pasado, presente y futuro de la IT húngara apoyándonos en las imágenes de tres puentes que representen también la época pasada, presente y futura de la ciudad. Ya he preparado la base de la presentación con las fotos y ya sólo queda que mañana les dotemos de contenido a esas tres situaciones. He sugerido también que no puede quedar bien dar nombres de los hospitales para reflejar las distintas situaciones, por no herir susceptibilidades, y que bastaría con nombras las distintas realidades sin identificar a sus dueños.

A ver que nos sale mañana, será un largo día de trabajo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Segundas partes nunca fueron buenas.

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[18 de mayo]

Segundas partes nunca fueron buenas, y aunque el programa de hoy era muy similar al de ayer, nada que ver.

Primera opción: baños, pero no han podido ser los que yo quería porque cierran los domingos, así que me he ido a los Lukács, un complejo construido en el siglo XIX, y que además de ser un baño termal, tiene una parte de piscina, y es lugar de encuentro de escritores y artistas. Su parque, de una superficie de 1.800 m2, con árboles seculares, es un popular lugar de reposo.

No me ha gustado mucho, la verdad, parecido a los Szechenyi, con piscina al aire libre y jacuzzis y de todo eso, pero como más sucio y más abandonado. Y luego, las saunas o no he sabido buscarlas o lo único que había era una pequeña sauna y un pequeño baño turco en dos cabinas al lado de la piscina grande, y ya está, así que he aguantado dos horas y media y me he ido a comer.

Hoy quería probar la zona que nos recomendó el amigo Andras de HumanSoft, en Liszt Ferenc ter, y la verdad, también comí mejor ayer. Y más barato. No es que haya comido mal o que haya sido desorbitadamente caro, pero ayer fue más cantidad y unos 1.000 HUF de diferencia, más o menos (4 euros al cambio). Pero en fin, hacía mucho que no decía esto, pero nos ponemos la gorra del HOPE y a aguantar el chaparrón, de todo se aprende en esta vida.

Y hablando de chaparrón, hoy he vuelto al museo a disfrutar de los conciertos al aire libre, y cuando llevábamos unos tres cuartos de hora, menudo chaparrón que nos ha caído, nos hemos tenido que refugiar todos dentro del museo, menos mal que ha sido cosa de 10 minutos que si no… pero claro, ya no era lo mismo, todas las escaleras donde nos sentábamos a disfrutar del espectáculo completamente caladas, así que he terminado esa banda (más o menos otros 15 minutos más) y ya me he ido para casa, por no esperar unos 30 minutos a que cambiaran de banda y empezaran los siguientes.

Pues eso, que segundas partes nunca fueron buenas, y lo que empezaba pudiendo ser un día tan bueno como el de ayer, al final ha resultado ser no un mal día, pero no lo que se esperaba de él.

martes, 31 de agosto de 2010

Baños, chicas y rock'n'roll.

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[17 de mayo]

Ultimo fin de semana en Budapest, Luis (el compi de Madrid) como siempre con amigos de la capital visitando la ciudad, y Eija todo el fin de semana en un pueblecito cercano de Pécs en el que al parecer mucha gente de Finlandia tiene casita de vacaciones, y algunos amigos le habían invitado a pasar allí un par de días.

Así que como no tenía que dar explicaciones a nadie, y pensando que hoy iba a hacer bueno, tenía planeado ir a algún balneario con piscina al aire libre para aprovechar, pero como se ha levantado el día un poco nublado, he decidido ir a los Baños Termales RUDA, que como no tiene piscina exterior, pues así los visitó ya y me guardo los otros con piscina en el jardín por si mañana hacer mejor tiempo.

Los baños RUDA tienen unas instalaciones originales procedentes del siglo XVI y se siguen utilizando hasta hoy. Bajo la típica cúpula turca, de 10 metros de diámetro, sostenida por ocho columnas, se encuentra una pila octogonal, con el agua a unos 38ºC. Rodeando la estancia, tenemos en cada esquina una pequeña piscina con 28, 30, 33 y 42ºC respectivamente. Y si la de 28ºC está fría de narices, en la de 42ºC casi no se puede ni estar, yo lo justo me he mojado las piernas, pero no he podido aguantar más... cualquiera metía la "colilla" ahí dentro, jajaja...

La verdad es que donde mejor se estaba era en la piscina central, la octogonal, además tenía en la cúpula una serie de pequeños agujeros a modo de ventanas, con los cristales de colores, que iban pintando un dibujo la mar de llamativo en la piscina y los consiguientes reflejos en la sala.

Luego tenías también una zona de baños turcos en los que según entrabas casi no se podía aguantar el vapor, y por otro lado, la zona de sauna, curiosa también, porque era como un pasillo semicircular con tres zonas separadas por una puerta de cristal. Nada más entrar tenías una zona a 50ºC, si entrabas en la segunda puerta pasabas a 60ºC, pero si te atrevías a llegar al final del pasillo, te encontrabas con la zona a 70ºC, y es curioso, porque podías ver dónde estaba el carbón que originaba semejante calor, y cómo se encontraba al rojo vivo… vamos, que ahora sé cómo se siente la carne antes de ser puesta a la brasa. Aunque esa ha sido al final la zona que más veces he visitado porque no se aguantaba tan mal, era mucho peor la otra zona, la de los vapores.

Y después de tres horas de chapuzones y asadurías, me he ido dando un paseo a la calle Raday, una calle peatonal detrás del mercado central en la que están concentrados un gran número de restaurantes en los que puedes comer tranquilamente sin gastarte mucho dinero, además, al ser el último fin de semana, hay que terminar de visitar todos esos sitios a los que todavía no hemos ido, aunque solo sea por aquello de “Yo estuve aquí”.

Como no, Gulash para empezar, seguido de otro platazo de una especie de filetes de pavo rellenos de queso (mucho queso, estaba buenísimo) y cubierto todo ello con bacon, y acompañado con unas patatas asadas cubiertas también de quesito bien fundidito. La verdad, nos vamos apañando cada vez mejor con las cartas de los restaurantes, y ya somos verdaderos expertos. [Podéis ver la foto de semejante bomba culinaria al inicio de este post]

Mi intención después de un cafecito, expresso, era ir al Museo Nacional Húngaro, que está a escasos 5 minutos de la calle Raday, pero al llegar me he encontrado con todo el jardín lleno de puestos, de expositores, de actividades para los chiquillos… y es que al parecer se celebra este fin de semana la fiesta de los museos, y en cada puesto podías encontrarte folletos y actividades de todos los demás museos de la ciudad (que son unos cuantos, palabra) y de otras ciudades de Hungría, por si fueran pocos los de Budapest.

Y lo mejor es que había un escenario dónde se iban alternando grupos de rock, así que ahí me he tirado toda la tarde, en el museo, pero no como yo pensaba viendo las salas y exposiciones, sino tirado al sol, con una coca-cola y disfrutando de la música del país, y de las chicas que de vez en cuando se pasaban por delante, y es que por la tarde, ha vuelto a salir el sol, y daba gusto, no sólo por estar al sol, sino por lo guapas que se ponen por aquí las chicas en cuanto sale un poquito el sol.

lunes, 30 de agosto de 2010

Langös y palacintas a orillas del lago Balaton.

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[16 de mayo]

Teníamos pendiente con HUMANsoft el ir a Pécs a conocer el proyecto que habían implantado allí y que permite tener conectados en red a todos los hospitales de la ciudad para un mejor seguimiento de los pacientes, así como el reporte mensual a la OEP, para la captura de fondos según la actividad.

Pues bien, a las 6:30 ha venido Verónica (la directora de marketing de HUMANsoft) a buscarnos, otra vez, grandes diferencias entre la empresa pública y la privada. Mientras que con George siempre hemos tenido que movernos en metro o tranvía, e incluso cuando ha hecho falta su propio coche, se trataba de un Opel, grande, pero no muy nuevo ni muy lujoso. En cambio, Victoria se ha presentado en un flamante FORD MONDEO último modelo y de gama alta, con asientos de cuero, salpicadero de madera, y tocas las tonterías que se le pueden pedir a un coche. De camino a la autopista hemos recogido a un periodista de la Asociación de Hospitales Húngaros, porque hoy en Pécs HUMANsoft tenía varias movidas importantes, y no se trataba sólo de llevarnos a nosotros.

Ya en la autopista nos esperaba András, el jefe de Verónica, también sin comentarios respecto a su coche, un VOLVO también completito de tonterías y de prestaciones. Pues bien, como Verónica nos había contado que el día anterior había tenido migrañas y no se había levantado muy bien, Eija se ha empeñado en que nos fuéramos los tres con Andras y le dejáramos a Verónica descansar, porque al final iba a conducir Peter, el periodista.

Una lástima, por partida doble, porque era, aunque todavía no lo sabíamos, la última vez que íbamos a ver a Verónica (guapa, muy guapa, según Eija se parece mucho a Eva Longoria -mujeres desesperadas-), y por otro lado, porque Andras es un señor ya mayor y no conduce igual que los jóvenes, y al fin y al cabo, pues un viaje de tres horas, son muchas horas. Así que otra oportunidad perdida para estar con gente joven…

Aunque como no hay mal que por bien no venga, como íbamos con el jefe nadie nos podía decir nada, y la verdad, es que este Andras es todo un señor y le gusta la buena vida, y como él no se priva de nada, pues todo el que va con él, termina disfrutando de esa buena vida de ejecutivo adinerado.

Primera muestra: aunque nuestro camino no nos permitía ver el Lago Balaton, típico lugar de recreo de los de Budapest los fines de semana y en verano, pues ha dicho, nada, nos desviamos un poquito y os lo enseño. La verdad es que ha merecido la pena, es un lago enorme, se veía justito justito la orilla de enfrente y tenía olas como en el mar, es más, ha dicho que la navegación en el centro del lago es bastante peligrosa, y sabe de esto porque es remero, y de los que ganan medallas.

Segunda muestra: a eso de las 8:30 nos ha preguntado si habíamos desayunado o no, pero que de todas formas, él siempre para en el mismo sitio cuando va a Pécs, y quería enseñárnoslo. Era una caseta a pie de carretera, es más, casi sin arcén, pero allí hemos dejado el coche casi en medio de la carretera, y nos ha dicho que teníamos que desayunar lo mismo que él: LANGÖS Y PALACINTAS, y cualquiera le lleva la contraria, además, el que paga siempre tiene razón.

El LANGÖS es una especie de churro, muy fuerte, bastante pesado, pero en lugar de forma alargada, tiene forma de tortilla de patata, y de sabor salado, es más, si a los churros te echan azúcar por encima, a esto le echan bien de sal, y no se quedan cortos, no. Y para compensar luego venían las palacintas, y no os dejéis engañar por el nombre, son los típicos crepes que se pueden comer en cualquier sitio. Un par de platos de palacintas saladas (con queso, creo), y un par de platos de palacintas dulces, unas con nueces y otras con distintas mermeladas de frutas.

Y ya bien desayunados en continuado nuestro camino. Al llegar a Pécs, Andras ha ido a cumplir con sus obligaciones, una rueda de prensa para cerrar oficialmente el proyecto que nosotros veníamos a ver, y mientras nosotros nos hemos quedado con un cardiólogo que nos iba a enseñar el programa informático que veníamos a ver.

Una vez terminadas nuestras respectivas obligaciones, hemos ido con Andras y con el rector de la Universidad, a conocer las dos cosas de las que al parecer estaban más orgullosos: los laboratorios y el Centro de Radiodiagnóstico. El laboratorio en parte me ha recordado a lo que vimos hace ya unos años en la visita a los Laboratorios de Referencia de Cataluña, pero así sin tener datos, pues sí parecía que estaban a la última de todos los procesos. Y de rayos menos idea aún, pero a Eija, que sí que entiende, sí que le ha llamado mucho la atención la buena calidad de las instalaciones, incluso el que tuvieran una máquina de “ultrasonidos de baja intensidad” o algo así, que al parecer sólo hay cuatro como esa en todo Europa, o eso he entendido yo.

Después de esto, nos han dejado una hora y media sueltos por el centro histórico de Pécs, porque Andras tenía que acudir a una fiesta de jubilación de algún pez gordo de la Universidad, que es dónde llevaban toda la mañana Verónica y Peter, y que no podía faltar porque él tenía que hacer entrega de las placas conmemorativas, así que otra vez a hacer un poquito de turismo, y aunque eran las dos, no podíamos comer porque Andras nos había dicho que luego nos iba a enseñar un sitio bastante bueno para comer, por lo que entendíamos que teníamos que esperar a que regresara para comer.

Y entre pitos y flautas, al final nos sentábamos a comer a las 16:30, algo normal en España, pero aquí nosotros pensábamos que era algo fuera de lugar, pero como ya he dicho, la empresa privada es distinta de la pública, aquí y en Lima, así que nos ha llevado a un sitio de lujo, como no cabía esperar, nos ha elegido un vino de lujo, lógicamente también es entendido en vinos, y la comida, excelente, también le hemos dejado que fuese él que pidiera, como no, Gulash de primero (pero exquisito, nada que ver con lo que habíamos comido hasta ahora), de segundo nada de pavo, ni de pollo ni de poll…, unos pedazo solomillos, con patatas, con cebollitas, con salsita, y él aún ha comido postre, pero nosotros hemos ido ya directos al café.

Así que a las 6 salíamos de Pécs regreso a Budapest, esta vez las tres horas del tirón, sin parar, sin chorradas, pero nos ha elegido un camino que va bordeando el Danubio para que fuéramos disfrutando del paisaje. Y tan bien habíamos comido que yo ni siquiera he cenado. Así de bien serviditos nos hemos quedado. Y lo mejor, la cartera guardadita todo el día, otra de las ventajas de ir con la empresa privada, que todo desgrava, y todo lo pagan, con factura, claro… que luego viene Hacienda, o como se llame por aquí.

domingo, 29 de agosto de 2010

¿Nuevas formas de gestión?

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[15 de mayo]

Hoy la visita era al Szent Imre Hospital de Budapest, sí, otro más, qué cuántos hay os preguntaréis, pues hoy me ha llegado el dato, ni más ni menos que 54 hospitales en toda la ciudad. Gracias a Dios no los vamos a visitar todos, pero casi...

Y por primera vez era un hospital medio nuevo, o por lo menos en plena fase de reconstrucción, y las instalaciones no tenían nada que envidiar a cualquier hospital de por allí. Ya nada más entrar me ha recordado un poco a nuestra FHC, y luego, comprobaría que tiene algo más que el aspecto en común.

En una sala de reuniones como dios manda, con su cañón, su pantalla, etc., etc., nos ha recibido la Directora Económica, sí, sí, habéis leído bien, por un lado, una mujer (que ya era hora) y, por otro lado, del área económica, hasta ahora siempre nos habían recibido doctores, así que por mi parte, he pensado que hoy sería un buen día para hacer ese tipo de preguntas que a un médico no se le pueden hacer, craso error como veréis más adelante.

Ella venía acompañada de dos chicos jóvenes, uno el jefe de informática y el otro, informático también, pero venia a hacer las veces de traductor porque el nivel de inglés de su jefe no era muy bueno que digamos.

Nos han presentado el hospital, y me ha sorprendido mucho de que su forma de gestión es muy similar a la nuestra, a la FHC me refiero, ya sean nuevas formas de gestión, fundaciones o lo que sea. Pero al final, mismo estilo de dirección, organigramas jerárquicos y funcionales, y aquí es cuando me he atrevido a preguntar por los sistemas de gestión de RRHH, y otra vez, la puerta en las narices, que no quieren hablar de esto en ningún lado. Aunque hoy me han dejado la puerta abierta a la visita de mañana, porque me han dicho que usan las herramientas de HUMANsoft, y que ya nos las enseñarían mañana en PÉCS.

Después de la introducción de la señora Directora, les ha tocado el turno a los informáticos. Bastante bueno el panorama, mucho mejor que en los hospitales que habíamos visto hasta ahora, me ha parecido ver programas parecidos a Navision, el mismo programa que tenían ayer en el otro hospital para el seguimiento de los pacientes, internet, intranet… y muchos planes de futuro. Luego hemos dado una vuelta por el hospital, incluso en las habitaciones de los pacientes, algunas de hasta 6 camas, pero la joya de la corona estaba en la planta baja, y hacia allá que nos dirigimos.

Tienen una zona de habitaciones privadas, que claro, bajo pago, puedes disfrutar de tu estancia en el hospital como si de un hotel se tratase. Habitaciones individuales, con televisión, internet, algunas tenían hasta una especie de salón, con sofás, ordenador, y otras incluso terraza para tomar el sol. Vamos, a todo lujo, por un módico precio que iba desde los 40 euros por noche hasta los 120 euros.

El resto, bajo el común denominador de nuestras anteriores visitas, hemos ido a comer, esta vez sí, en los comedores de los trabajadores, y la misma comida que los trabajadores, más o menos, porque aunque ellos podían elegir un par de platos del menú, el nuestro ya estaba apañado: sorpresa, sorpresa… gulash para empezar, una especie de pastel de coliflor con carne y arroz de plato principal, y el postre.

De aquí ya nos hemos ido a casa, y por la noche he disfrutado de un espectáculo de ballet que realmente ha merecido mucho la pena, bueno, al fin y al cabo, tampoco es tan caro: 1.100 HUF la entrada más barata (unos 4 euros). Lo curioso del caso es que Eija tenía la entrada comprada desde la semana pasada, y yo la he tenido que comprar esta misma tarde, unas horas antes del ballet, y aunque he pagado el mismo precio y les he dicho que me dieran una localidad cercana a la suya, no sé qué coño me ha entendido, pero yo he acabado en segunda fila, justo al lado del escenario, y Eija en el primer anfiteatro, lejos, muy lejos… menos mal que no era una velada romántica y que nos daba igual estar separados que si no…

El espectáculo era el HUNGARIAN BALLET THEATRE GÖDÖLLÖ, e interpretaban tres piezas: Bolero / Deja Vu / Carmen. La verdad es que muy interesante, quizá el segundo el menos conocido de los tres, pero tal vez por eso el más interesante. Os dejo este vídeo que he encontrado por ahí para que disfrutéis como yo lo hice ese día:



Pues nada, mañana viernes ya, último fin de semana en la ciudad, y el siguiente viernes para casa, por fin. La verdad es que al final la experiencia merece la pena, pero no dejan de ser cuatro semanas lejos de casa, y cuatro semanas son muchos días sin ver a la gente que quieres y que te quiere. Así que nada, disfrutaremos algun termal más el sábado o el domingo, y supongo que la próxima semana nos dejaran más tiempo libre (aún si cabe) para preparar la presentación de París, que al final es lo que cuenta.

En ese sentido yo estoy tranquilo, pues soy el único que ha hecho algo al respecto, y mi jefe ya lo sabe, y es más, ya ha visto mi presentación y me ha felicitado al respecto. Así que salga lo que salga para París, yo ya he cumplido.

See you tomorrow!

sábado, 28 de agosto de 2010

El secreto de las tablas salariales.

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[14 de mayo]

Vuelta a la actividad y vuelta a lo mismo, nada nuevo bajo el sol. Hoy hemos visitado Szent Janos Hospital, un pedazo de hospital de unas 1.400 camas, que está compuesto por diferentes edificios, todos igual de viejos. En cierta medida, y salvando las distancias, me ha recordado un poco a la visita que hicimos hace unos años al Hospital de San Pau de Barcelona.

En fin, que en uno de los edificios nos esperaba el Dr. András Janosí, especialista en cardiología. Nos ha llevado a la última planta del edificio de su especialidad, donde había una sala de reuniones bastante apañada para lo que podíamos esperar de un sitio así, y nos ha ido contando las idas y venidas de ese hospital en particular y del sistema nacional de salud húngaro en general.

Después nos ha llevado hasta otro edificio, bastante estropeado y con una buena necesidad de adecentar algunas paredes. En ese edificio nos esperaba el departamento de informática, unas 12 personas para un hospital de 1.400 camas. A mí se me han hecho pocas comparando con FHC pero a Eija más.

Y es que ella, en su hospital, allá en Finland, para unas 500 camas tienen 27 informáticos, y algunos son además médicos y enfermeras, como es su caso, para poder conocer los términos médicos y específicos de cada profesión, y no sólo el lenguaje informático.

Nos han enseñado el servidor y alguna cosilla más, pero la sensación de caos era predominante en todo el edificio de informática. Ordenadores destripados por todos lados, impresoras, repuestos de tinta… era como un desguace de coches pero con ordenadores y demás equipos informáticos. También nos han contado la necesidad de contar con verdaderos informáticos con conocimientos muy especializados sobre el tema, pero con los salarios que puede pagar la sanidad, terminan todos marchándose a la empresa privada.

Como dato, de los 12 que allí tenían, sólo dos tenían conocimientos y habilidades especificas de la profesión (lenguajes informáticos, programación, etc.), el resto eran meros currelas, mecánicos de ordenadores que sólo sabían arreglar un ordenador o una impresora, pero si tenían que entrar en el funcionamiento interno del programa o tenían que hacer alguna operación, por muy sencilla que sea, de programación, no tenían ni idea.

Y hablando de salarios, lo que más me ha llamado la atención de hoy, es que nadie quiere hablar de los salarios ni de cómo se calculan sus nóminas. Hoy he intentado aprovechar la ocasión porque después del departamento informático, hemos pasado al departamento de estadística y financiación, una mezcla entre codificación y contabilidad, y por eso he intentado sacar el tema de cómo están los salarios, cómo se calculan las nóminas, etc., etc., es decir, todas esas cosas que nosotros hacemos todos los días en la Unidad de Recursos Humanos, pero nada, otra vez que se han cerrado en banda y no he podido sacar mucho más en claro que esto.

Parece ser que ellos envían la transferencia a la “municipalidad”, supongo que al ayuntamiento, y es aquí donde realizan las transferencias de nómina a los trabajadores. Cuánto, no lo sé; depende de noches, festivos, guardias o similar, no lo sé; quién calcula las nóminas, no lo sé. Pero no porque no lo haya preguntado, es que no me han querido contestar más que con evasivas a todas estas cuestiones.

Como dato he podido sacar en claro que el “salario mínimo interprofesional” en Hungría está en 70.000 HUF (unos 280 euros mensuales) y que el salario base de una enfermera está en torno a los 130.000 HUF (unos 520 euros mensuales), y que este es el motivo de que muchas de las enfermeras se marchen al extranjero a trabajar. Por cierto, no me olvido de los médicos, pero no nos lo han querido decir, o al menos, se han hecho “los orejas”, y nos hemos quedado como estábamos.

Respecto a la fuga de profesionales al extranjero debido entre otras cosas a los bajos salarios, nos comentaban que los médicos no habían salido tanto de Hungría como las enfermeras, pero que había estudios recientes entre los MIR actuales, y al menos un 60% tenía pensado irse del país.

Al final, y como en todas estas ocasiones, hemos acabado a eso de las 12:30 en el comedor. Por cierto, aunque en otros sitios habíamos compartido los mismos comedores que el resto de trabajadores (ya hubiera sido en el Ministerio, en la OPE e incluso en otros hospitales), en esta ocasión, aunque estábamos en la misma cafetería del hospital, nos han encerrado en un cuarto a puerta cerrada, y el único que entraba y salía era el camarero.

Por cierto, la comida como siempre, excelente y abundante. Para empezar, como no, una sopa húngara, seguido del típico plato de carne (en esta ocasión, pollo) con alguna salsa y alguna verdura y una buena razón de arroz (en esta ocasión con champiñones en el mismo). Y de postre, otra tarta especialidad húngara, y es que aquí tienen tartas de todos los gustos y colores, una buena porción (es decir, el plato a rebosar) y unas poquitas fresas como guarnición. Así, una vez más, hemos acabado hasta arriba de comer.

Nosotros los españoles no nos asustamos tanto, porque en España también se come mucho, pero la finlandesa no termina de acostumbrarse a las raciones de por aquí.

Menos mal que al cabo del día tenemos nuestras buenas caminatas, que si no… Eso, y que luego las cenas en el apartamento tampoco es que sean muy abundantes que digamos, pero es que hay que compensar.

Con la tarde libre por delante, hemos decidido visitar la Galería Nacional de Hungría, tres pisacos llenos de cuadros, al final ya cansaba un poco, pero el madrileño quería verlo… menos mal que Eija se ha aburrido tanto como yo y hemos terminado echando unas risas por todos los pasillos que si no…

En el último piso se podía salir a la cúpula del edificio a disfrutar de las vistas panorámicas de la ciudad, así que, aprovechando que ya había pasado el chaparrón, hemos salido a hacernos las típicas fotos de turista. Así que nada, mañana jueves ya, y una semana menos para volver a España. Pensándolo fríamente, solo queda un weekend y ya está, todo hecho, a coger el avión y a ver a mi chiquillo y a mi mujercita.

Bueno, verles lo que se dice verles, les veo casi todos los días a través de la webcam pero no es lo mismo, claro que no.

viernes, 27 de agosto de 2010

Baños termales Széchenyi.

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[13 de mayo]

Pues nada, otro día de fiesta, otro día de turismo… y como aquí está haciendo muy bueno, no como en España, que me dicen que en Navarra están de alerta naranja, pues he decidido mezclar buen tiempo con turismo y he decidido irme de Baños termales.

Podríamos decir que los más conocidos son los GELLERT, que ya estuve con Mª Jesús en el 2004, luego están los más antiguos, los RUDAS, que como creo que no tienen piscinas al aire libre, me los reservo para otro día que no haga buen tiempo. Y después están los más grandes de Europa, los SZECHENYI, a los cuales he ido hoy.

La verdad es que la experiencia ha sido maravillosa, ni más ni menos que casi cuatro horas, pasadito por agua, pero han merecido muy mucho la pena los 2.800 HUF de la entrada, unos 11 euros al cambio. Hagamos un poco de historia; según las guías, estos baños son los primeros baños termales de la parte de Pest de la ciudad. Los manantiales fueron descubiertos en 1879, siendo los más profundos y de agua más caliente de la capital (74-75ºC). Los edificios neobarrocos fueron construidos en 1913, la piscina en 1927. Y ahí, en semejante entorno, me he dado uno de los mejores chapuzones de mi vida.

Aunque primero ha hecho falta encontrar los vestuarios, antiguos como todo el edificio, y luego la salida a la zona de piscinas termales, pero vamos, tras alguna confusión que otra he conseguido salir. Dentro del edificio, habría unas 10 piscinas termales, unas más grandes, otras más pequeñas, unas más calientes (38ºC), otras menos calientes (30-35ºC) la mayoría, aunque un par de ellas realmente frías (16 y 20ºC, respectivamente). Y luego estaba todo llenito de diversas saunas y baños turcos, el truco estaba en ir abriendo todas las puertas que rodeaban las piscinas, porque en todas, salvo en la que ponían que eran los servicios, te encontrabas una sorpresa, bien a modo de sauna (calor seco) o bien a modo de baño turco (calor húmedo) y en algunas estas era entrar y no veías a quien tenías delante al menos hasta que pasaban un par de segundos y te ibas acostumbrando al vapor.

Creo que no me he dejado una sola estancia sin visitar. Pero es que todo esto era dentro, lo bueno es que fuera, al aire libre, te encontrabas otras tres piscinas más, y eso con el añadido de estar rodeado de un edificio de ya casi 100 años, y bastante bien cuidado, por cierto.

La piscina central era la típica piscina olímpica que podemos encontrarnos en cualquier sitio, más grandes o más pequeñas, con los típicos corchos formando los largos para nadar y algún que otro chorrito por los laterales.

A su derecha nos encontramos con una piscina circular y bastante grande también, con sus escaleritas, sus chorros, sus fuentes para las cervicales. Esta piscina, según los carteles que he podido traducir, mantiene una temperatura de 30ºC en verano y 34ºC en invierno, parece ser que de octubre a abril, y por lo que dicen, aquí no se corta nadie, y con el frío que tiene que hacer, mantienen buenas cuotas de asistencia durante todo el año.

A lo que iba, en el centro de esta piscina nos encontramos con el típico jacuzzi con una capacidad de al menos 12-14 personas, y rodeando este jacuzzi como un corredor circular, en el que a ratos provocaban tal corriente circular, que se llenaba de gente dejándose llevar por la corriente y dar todas las vueltas posibles sin prácticamente hacer ningún esfuerzo.

Suena a tontería, pero lo he probado, y resulta francamente divertido, y eso que yo iba sólo… pero iban novios con novias, novias con novios, novios con novios, padres con hijos (que envidia), hijos con abuelos, incluso, abuelos con abuelas… que aquí no se corta nadie.

Y la otra piscina, a la izquierda de la olímpica, era más o menos como esta última que os acabo de describir pero sin lo del jacuzzi y sin corrientes circulares, tenía si cabe más chorros y más movidas de éstas que la otra, pero la gracia de ésta era, por un lado, que la temperatura era todavía superior, unos 38ºC, y por otro lado, que los aficionados al ajedrez pueden disfrutar de un par de tableros en los que jugar unas partiditas sin salir siquiera de la piscina. He estado echando un vistazo, y tanto jóvenes como mayores, parece realmente aficionados a este juego. No, no me he atrevido a jugar… lo mío es el parchís, jejeje…

Total, que de oca a oca y tiro porque me toca, me he dado cuenta que eran casi las tres de la tarde, que ya llevaba allí casi cuatro horas y que todavía ni siquiera había comido. Así que, lamentablemente, me he tenido que despedir de estas instalaciones, aunque si sigue el buen tiempo y el poco quehacer mientras esté por aquí, quién sabe, pueda que repita. Aunque primero quiero ver los otros, los baños RUDAS, y así habré visitado los tres baños más importantes de Budapest.

Por la tarde poco más, un paseo por la ciudad viendo otra vez las mismas cosas que todos los días, muy bonitas pero las mismas que la semana pasada, algún parque que no conocía, y es que he descubierto el placer de sentarse al sol a leer un rato algún libro, y para casa, a conectarse un rato con la familia y poner al día el correo electrónico, que ayer no pude hacerlo, y fin de la jornada.

jueves, 26 de agosto de 2010

Bratislava with return.

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[12 de mayo]

Hoy lunes aquí en Hungría es festivo a cuenta de Pentecostés, así que no teníamos programa de trabajo y nos hemos ido a pasar el día a Bratislava (Eslovaquia) para conocer una ciudad más aprovechando nuestra estancia aquí.

El autobús salía a las 6:30 de la mañana, y costaba el billete de ida y vuelta 5.900 HUF, unos 24 euros al cambio. El problema es que son cuatro horas de viaje, y al ir, al menos entre que vas con la cosa de no saber cómo irá el día y que todavía no hacía mucho calor, pues más o menos ha sido llevadero. Lo malo vendría a la vuelta, con el cansancio del día de turismo, y un calor asfixiante en el autobús, sí, porque aunque en España ya sé que no para de llover, aquí sólo nos ha llovido un día en las dos semanas que hoy cumplo aquí.

Total que llegábamos a Bratislava a eso de las 10:30 y a las 15:30 teníamos que estar de vuelta en el autobús, por tanto, teníamos cinco horas para visitar lo principal de la ciudad, aunque luego hemos visto que era tiempo más que suficiente.

Las típicas calles, las típicas plazas llenas de terrazas para los turistas, los típicos puestos de merchandising para los mismos turistas, las mismas iglesias, los mismos castillos en lo alto de alguna colina a los que se llegan subiendo las mismas 100 escaleras que en todos los demás lugares que ya hemos visitado… pero bueno, una muesca más en nuestros revólveres de turistas a la caza de ciudades que visitar.

Como aquí se estilan las coronas, y habíamos sacado unos 50 euros al cambio para pasar el día, antes de irnos teníamos que gastar para evitar volver con coronas a Budapest, así que me he comprado el último CD de Prince, el cual por cierto, estoy disfrutando según escribo estas líneas.

A la vuelta, y tan asfixiados estábamos que hemos ido a tomar unas cervezas por Budapest antes de irnos a nuestros respectivos alojamientos. Ha estado bien el rato, la verdad, tranquilamente en una terracita de la ciudad con una pinta de cerveza en la mano. Lo malo ha sido después, cuando ya volvíamos a coger el metro, que hemos estado a punto de ser víctimas de un pequeño hurto callejero, más concretamente nuestra compañero Eija ha estado a punto de quedarse sin cartera en el metro, menos mal que el segurata de la estación ha estado atento que si no…

En fin, aunque en general Budapest es una ciudad segura, eso no quita para que a ciertas horas de la noche, tomes ciertas precauciones en según qué determinados lugares. Y el metro es uno de esos lugares en los que tienes que tener cuidado, aunque esto lamentablemente es bastante típico en todas las grandes capitales europeas, Madrid incluido. Y lo que yo no sabía, pero mi compañero que es de Madrid sí, es lo mucho que le llama la atención la cantidad de homeless que hay por la noche en el metro. Al parecer en Madrid no hay tantos. Yo, lógicamente, sólo puedo comparar con Andosilla, y aquí ni hay metro ni hay homeless people, al menos que yo sepa.

miércoles, 25 de agosto de 2010

¿Descanso dominical?

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[11 de mayo]

Nada más lejos de la realidad. Hoy ha venido a recogernos a las 9 de la mañana nuestro coordinador, el Dr. Harmat, con su mujer y nos hemos ido los cinco a pasar el día "like a happy family".

Hemos visitado pueblecitos muy pequeños a unos 45 kilómetros de Budapest como mucho, en la frontera con Eslovaquia, pero repletos de turistas.

El primero ha sido Sztendre, aunque éste yo ya lo conocía de cuando estuve aquí antes con mi mujer. Una visita rápida al casco histórico, además en esta ocasión hemos tenido suerte porque a las 9 y media pasadas ya estábamos aquí, por tanto, mucho antes de que las hordas de turistas invadieran sus calles. Además hemos aprovechado a tomar un café en el que nos han dicho fue el primer café privado que se abrió en Hungría.

Después nos hemos ido hasta Esztergom, hemos visitado su Basílica y los miradores al Danubio, desde los cuales podías ver a la otra orilla, la vecina Eslovaquia. Y de Esztergom a Visegrád, pero antes parada para comer. Cerca del castillo que luego íbamos a visitar, pero rodeado de bosque, y con el Danubio de fondo, es como si hubiéramos comido en un típico restaurante de Asturias, salvo que el río no era el Sella, sino otro. Verde, mucho verde, las piscinas del hotel justo debajo de la terraza en la que hemos comido al sol, de frente más bosque, y allí, de fondo, los meandros del río.

Y dentro aún mejor, porque era buffet libre, así que nos hemos puesto hasta el culo, con perdón, porque ya que estábamos había que probarlo todo, eso sí, todo cocina húngara, por eso digo, un poquito de cada cazuela, que había muchísimas y a comer… como no, para empezar, goulash, y del que pica.

De postre he lucido mis anteriores conocimientos de heladero, y me he preparado una copa de helado como las que me hago en Navidad, pero nadie ha querido seguirme, la verdad es que estábamos llenos, pero yo no perdono el postre ni loco, y menos si ponen a tu disposición una cámara de helados, con 6 ó 7 sabores, más nata, más siropes, más todo tipo de virutas (almendras, chocolate, de colorines), en fin, que yo me he echado todo lo que ha cabido, y eso que he cogido la copa grande.

Y ya bien comidos y servidos, nos hemos ido a visitar el castillo. Como todos, grande, muchas escaleras, buenas vistas del Danubio, un par de salas de exposiciones y mucha, mucha gente, y es que aquí mañana es fiesta, y se nota.

Lo que me ha llamado la atención de hoy, es ver las orillas del río perfectamente preparadas cada ciertos kilómetros para acampar, asar unas costillas, vamos, como en España, dispuestísimas para pasar el día en el campo. Yo pensaba que esto por aquí no se llevaba y que era más cosa nuestra, pero que va, aquí, en cuanto sale un rayo de sol, incluso los parques de la ciudad se llenan de gente que quiere aprovechar cualquier oportunidad, por pequeña que sea, para coger un poquito de color.

La verdad, es que un gran día de domingo… nuestro George como siempre intentando quedar como un señor, y siempre lo consigue, porque aunque laboralmente no nos aprietan mucho, turísticamente están intentado exprimirnos al máximo, será como aquél lema del País Vasco “Ven y Cuentalo”

Y su mujer, también encantadora, la verdad es que hablaba inglés con soltura, y así, lógicamente, es más fácil.

En fin, que mañana toca madrugar porque hemos quedado con Eija para ir a pasar el día a Bratislava, y el autobús sale a las 6:30 de la mañana, o sea que habrá que levantarse a eso de las cinco. Y encima dice ella que eso es normal, que no es madrugar… hala, pues a cenar y a dormir un rato, que mañana puede ser un gran día.

martes, 24 de agosto de 2010

Haciendo la colada.

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[10 de mayo]

Segundo fin de semana en Budapest, por tanto, llevamos ya aquí dos de las cuatro semanas que en principio dura el programa. No es que andemos escasos de ropa pero es buen momento para renovar la maleta, y aguantar así las dos semanas restantes.

Ayer conseguimos hablar medio inglés, medio indio, con una de las enfermeras que comparte el apartamento con nosotros y le pedimos permiso para usar la lavadora, más que nada porque está en el cuarto de baño de las chicas, y para que nos dijera más o menos cómo funcionaba, porque es todo a base de dibujitos, y claro, pues tampoco queríamos estropear ni la ropa ni la lavadora para una vez que la íbamos a usar.

Así que he dedicado la mañana del sábado para estos menesteres, ya que luego hay que esperarse casi dos horas a que termine la lavadora para tender, y de paso hacer un poco de orden en la habitación y en el montón de papeles que vamos recolectando allá donde quiera que vamos.

Por la tarde, la intención era visitar el festival de Palinka, un licor típico de aquí, pero ya sólo por entrar había que pagar 1400 HUF, que no es mucho dinero, unos 6 euros, pero por entrar a un parque con cuatro o cinco barracones, y viendo lo que se veía desde fuera, tampoco merecía mucho la pena. Así que aprovechando la cercanía de la Sinagoga decidí ir a visitarla pero con idéntico resultado, y esta vez no por el precio, sino porque estaba cerrada.

Así que nada, un paseo más o menos corto por otro par de parques de la capital, y un poquito de sol en un par de bancos mientras leía algo, y para casa. Bueno, antes y como casi todos los días, a conectarme un ratillo para ponerme al día con el correo, que ayer al estar todo el día fuera pues no fue posible, y de paso conectarse con la familia, aunque sea a través de webcam, siempre merece la pena.

lunes, 23 de agosto de 2010

Nails and swallows.

Por cierto, y antes de seguir con el cuaderno de viaje hagamos un pequeño paréntesis para reseñar que con ésta, celebramos ya 200 entradas de SobreviviRRHHé!... y eso sólo en seis mesicos de vida.

Muchísimas gracias a todos y todas (como dirían aquellos) y hala, ya podéis seguir con la lectura de verano...

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[9 de mayo]

Hoy ha sido un día duro, muy cansado, otra vez nada que ver con las ICT y la atención continuada, pero muy cansado al fin y al cabo. Nuestro HOST tenía un congreso en Gyor y ha decidido llevarnos con él para que conociéramos la ciudad, el problema es que él tenía que estar allí a las 9:30 de la mañana y no finalizaba hasta las 19:00, así que teníamos todo el día para visitar una ciudad que en dos-tres horas ya estaba todo visto, pero en fin, una vez más nos ponemos la gorra del HOPE y a aprovechar la ocasión-

Gyor se encuentra a unos 120 kms de Budapest, y aunque hay autopista, cuesta mucho tiempo salir de Budapest, por lo que hemos tenido que madrugar lo suyo, porque a las 7:30 nos recogían en el apartamento.

Una vez en Gyor, lo dicho, miestras George estaba en el congreso, nosotros teníamos todo el tiempo del mundo para ver la ciudad, la verdad es que muy bonita y muy interesante, pero demasiado tiempo al fin y al cabo. A eso de las 13:30 teníamos que volver al museo donde se celebrara la conferencia porque estábamos invitados a comer allí, bueno, había una bandeja con unos cuantos sándwiches y un poco de bebida, y eso que hemos comido…

En una de las sentadas que hemos tenido en una de las principales calles peatonales de Gyor, me ha venido a la memoria Nerea, mi sobrina, quizás porque me estaba fijando que no desentonaría nada aquí, es más, seguro que no tardaba nada en echarse un noviete. Y es que me he fijado que todos los adolescentes tienen las mismas pintas aquí en Gyor, que en Budapest, que en Andosilla… otro aspecto más de la globalización. Además, Gyor es una ciudad básicamente de estudiantes, así que estoy seguro que le hubiera gustado mucho a Nerea pasar por aquí otros cuatro meses cómo los que pasó en Canada.

Lo bueno de tener tanto tiempo libre, y estar con una finladesa, es que no dejas de aprender palabras nuevas, ya que aunque seamos dos españoles, no podemos hablar en castellano, aunque sólo sea por cortesía hacia ella-Eija. De ahí el título de hoy, NAILS AND SWALOWS.

La primera palabra, NAILS, que nosotros teníamos perfectamente identificada como “uñas”, resulta que también es “clavo”, y es que en uno de los museos de la ciudad, a la entrada hay un árbol en el que según la tradición todo el que venía a estudiar a Gyor tenía que clavar un clavo.

Y la segunda palabra, SWALOWS, son golondrinas, así que nada que ver tampoco con el verbo “tragar”, y esto ha venido a cuento porque a eso del atardecer han empezado a aparecer cientos de golondrinas por los cielos de Gyor, y hemos tenido que buscar en el diccionario cómo se decía en ingles, porque Eija sólo se sabía la palabra finesa para dicho pájaro, aunque al final ha resultado ser prácticamente igual en inglés que en finés.

Después, a las 7, cuando hemos ido a buscar a George, ha resultado que estábamos invitados a cenar con ellos, y eso ya ha sido lo más. Hemos ido a un restaurante, unas 24 personas, y allí las raciones son exageradas, más que en España, pero cualquiera se echa para atrás, para un día que no cenamos sándwiches en el apartamento. Para empezar hemos tenido una especie de pastel de pescado, muy ligerito, el problema ha venido después, con el plato principal, y es que constaba de un filete empanado del tamaño del plato, otro filete un poco más pequeño con queso y melocotón por encima, otro filete en plan solomillo o similar, rodeado de unas tiras de bacón, y para acompañar todo esto, un poco de arroz y patatas fritas.

Ah, y si alguien se había quedado con hambre, el postre tampoco podía quedarse atrás, una especia de tarta, abundante también, como de chocolate por la base y frutas por encima, y con abundante nata montada, menos mal que luego el coche lo teníamos aparcado un poco lejos, que si no…

En medio de tan copiosa cena, y entre cachondeo con la finesa, que le va la marcha, es cuando ha venido el título de hoy, NAILS and SWALOWS, y como me ha parecido gracioso, he decidido adoptarlo para hoy.

Mañana sábado intentaré poner mi ropa al día y visitar algún baño típico de la ciudad, no los Gellert, que ya los conozco, sino otros que me han dicho que están aún mejor. Y el domingo volvemos a ir de excursión con nuestro HOST, pero eso ya será otra historia.

NOTA: en la foto podemos ver a Luis y Eija, en una visita a una farmacia de Gyor para preguntarle a la buena señora cómo se comunicaban ellos con el National Insurance Fund para poder expender las recetas.

domingo, 22 de agosto de 2010

Nada nuevo bajo el sol.

Cuaderno de viaje, Budapest 2008.

[8 de mayo]

Nada nuevo bajo el sol, y lo que es peor, sin perspectivas de mejora, porque nos han dado ya el planning para la semana que viene, la tercera ya por aquí de cuatro que dura el programa de intercambio, y lunes-martes fiesta, miércoles-jueves visitas a sendos hospitales, y el viernes, lo mejor de la semana, y es la excursión a PÉCS que nosotros mismos les sacamos a los de HUMANsoft este martes pasado, que si no…

En fin, creo que la clave está en que Hungría está muy por detrás en lo que concierne a las ICT, y lógicamente, tampoco tienen mucho más para enseñarnos, porque es eso todo lo que tienen, es decir, NADA!

Así que trataremos de hacer algo decente para París y el resto del tiempo lo dedicaremos a turistear, pero es que hasta eso también empieza a cansar, porque todo un mes en la misma ciudad, por muy grande que sea, pues empiezas a repetir visitas, fotos y excursiones. O eso, o meterte en todo tipo de museos y exposiciones, pero no sé yo, ya hemos visto las más importantes, y no creo que esa sea la solución, habrá que ir a más actividades culturales, como conciertos, teatros…

Hoy no teníamos actividad oficial hasta las 14 horas, que visitábamos un centro de salud de pediatría, así que otra vez teníamos toda la mañana libre para hacer lo que quisiéramos. Parece ser que mi compi tiene las mismas ganas que yo o menos de que vayamos juntos a los sitios y se ha organizado la mañana por su cuenta, así que yo he hecho lo mismo y he intentado ir con tiempo al Parlamento para poder sacar la entrada y disfrutar de la visita guiada es español de las 11:30, pero por segunda vez en menos de cuatro días, mi intención de visitar el Parlamento se ha visto gafada y ha sido imposible, otra vez, el poder entrar a verlo. Y hoy ni siquiera se podía pasear por los alrededores porque al parecer había visita de altos vuelos y estaba toda la zona cerrada al público. En fin, ya he quedado con Eija, la finlandesa, para ir juntos aunque sea la visita en inglés.

He intentado llenar la mañana con la visita a otras zonas que todavía no había visto, y de paso, sentarme grandes ratos al sol, aprovechando que por aquí pega como si esto fuera España, que para cuando llegue allí, ya es junio, y si voy cogiendo algo de color pues mejor que mejor.

Lo que no coge color es el proyecto. Como os decía, hemos quedado a las dos en un centro de salud exclusivamente pediátrico, y a las tres ya estábamos fuera. La verdad, y esto pasa en todos los sitios a los que vamos, la gente es super-atenta e intenta contarte su actividad y cualquier cosa que nosotros les preguntemos, pero como en todas las ocasiones, la información que realmente podemos utilizar relacionada con los temas de la atención continuada a través de las ICT es prácticamente nula. Todo lo que tenemos, o al menos en mi caso, lo he bajado de internet: estadísticas, proyectos europeos, Eurostat, y similares. Y digo al menos yo, porque no tengo ni idea de qué están haciendo mis compañeros al respecto.

Yo todas las noches procuro plasmar en un par de diapositivas powerpoint lo que hemos visto cada día, aunque sea poco, y a decir verdad, ya tengo un documento con 25 diapositivas, que lógicamente luego habrá que pulir entre todos, pero como os digo, no tengo ni idea de qué tienen mis compañeros en la cabeza al respecto de la presentación de París, porque lo único que hacen (o hacemos) es quejarnos, pero todavía no nos hemos puesto manos a la obra…

Por cierto, aquí mi compa el del Ministerio, ya quiere escaquearse y escurrir el bulto en París, y me ha dicho que le dejemos a Eija que exponga ella sola en París, que si su inglés no le da, que si patatín, que si patatán… Hombre, a mí también me da cosa exponer en un congreso internacional en el que van a estar, no sólo todos los demás españoles y no españoles que han participado en el intercambio, sino que van a estar sus respectivos coordinadores nacionales, es decir, todas aquellas personas, que como en nuestro caso, se han encargado de los participantes en los respectivos países de acogida.

Pero por otro lado, creo que tiene que ser una experiencia digna de vivir, y que no deberíamos dejar pasar la oportunidad de exponer ante un ciento de personas y encima en un idioma extranjero y hablando de un país que además de no ser el tuyo, resulta que en el tema propuesto está muy por detrás que el resto de países que participan en el proyecto, por tanto, habrá que tener cuidado de no herir sensibilidades y no ser descortés con nuestros anfitriones.

En fin, supongo que la última semana aquí, entre el lunes y el jueves, porque yo me voy el viernes a primera hora, tendremos que dejar algún documento cerrado para presentar en París. Por cierto, fui el último en llegar y seré el primero en irme, jejeje...

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