Cuaderno de viaje, Budapest 2008.
[4 de mayo]
Tal vez estos cuatro días de fiestas hayan servido para algo, y el hecho es que tal y como he ido avanzando en mis conexiones web con España, puede que el rumbo del trabajo cambié también a partir de ahora.
El hecho de tener tanto tiempo libre me ha permitido, no solo ir conociendo Budapest con tranquilidad, sino que me ha permitido ir investigando el entorno digamos más cercano al apartamento, y si ayer descubría un ciberteca a escasos 500 metros del piso, hoy he descubierto que tengo uno nada más dar la vuelta a la manzana, por lo que tengo la conexión que necesito a escasos 30 segundos de casa. Y no solo eso, sino que he ido mejorando en condiciones a medida que me iba acercando al punto de partida. Hoy ha sido brillante, porque no sólo tengo la posibilidad de conectarme cuando quiera, incluso podría ir en pijama pero tampoco es plan, sino que puedo sacarme una tarjeta de 10 horas de conexión, ahorrándome así 500 HUF (2 euros)… no parece gran cosa, pero suponen otras dos horas más de conexión, y eso significa dos horas más con la familia y amigos, y eso sí es mucho.
Hoy además se han unido todos los astros y he podido estar conectado toda la hora con mi mujer, por fin, y aprovechando el buen estado de estos PC’s (incluso puedo conectar mi memoria portátil, cosa que en los anteriores no podía), he estado hablando, o mejor dicho, chateando una hora completa con ella y con la suerte de poder vernos al mismo tiempo. Lo que no va a poder ser es la comunicación oral, porque no tenemos posibilidad de auriculares con micrófono, como tenemos en casa, pero más vale una imagen que mil palabras… y si no, las escribimos, que ya somos mayorcitos. Lo malo es que mi chiquillo estaba echando la siesta, o tal vez eso ha sido lo que nos ha permitido estar una hora sin interrupciones, a ver si en próximas conexiones puedo verle, y él a mí. Aunque ya le he dicho a mi mujer, como vea que se enciende el ordenador y sale papá, se va a pasar todo el día encendiéndolo para ver si estoy…
A medida que pasan los días creo que me voy sintiendo más integrado a las costumbres del país, a los hábitos y horarios de comidas, al uso de los transportes públicos… como anécdota, ya voy comprando comidas en los puestos que hay por ahí, por cierto, no sé cómo se llama lo que he comprado hoy, pero está buenísimo. Pero eso ha sido por la tarde, y todavía no sabemos qué ha pasado esta mañana.
Pues bien, lo que ha pasado es que no sé en qué estarán pensando los que hacen las guías de turismo porque no dan ni una… ayer fui a ver una cosa que ponían como tremendamente interesante y resultó ser unas estatuas de bronce de unos chiquillos jugando a las canicas… [puse la foto en el post de ayer] y hoy, siguiendo las instrucciones de la guía, mi intención era visitar el Parlamento, porque según parece, está abierto los domingos hasta las 14 horas. Pues no.
Al parecer el horario de visitas es a las 11:30 y a las 16:00 de lunes a sábado, y el domingo sólo a las 11:30 pero claro, hay que llegar al menos una hora para comprar el ticket, que aunque sea gratis para los ciudadanos de la UE, hay que hacer el paripé y pasar por taquilla, supongo que para llevar cierto control de quién entra y quién sale. Total, que menos mal que voy a estar aquí un mes que si no me quedo con las ganas…
He seguido mi planning más o menos salvando este contratiempo y después de comer he ido a visitar la plaza de los Héroes, y el parque que hay detrás, y he vuelto a encontrar de casualidad un parque atestado de gente, con miles de puestos, actuaciones, atracciones para los niños… es más, en otra zona del parque, había como una concentración de bomberos y policías, y tenían montadas demostraciones para los niños, en las cuales podían participar, e incluso subirse a los camiones de bomberos y dar una vuelta al parque haciendo sonar la sirena… creo que me llaman más la atención este tipo de cosas al saber qué no puedo compartirlas con Sergio, él se lo hubiera pasado en grande…
Y aquí es donde me he dejado llevar y he comprado una cosa que ya me había llamado la atención hace unos días, y es como una especie de masa que enrollan en un cilindro y ponen a hornear. El resultado es como un papiro enrollado pero hueco que luego puedes impregnar de diversos sabores, aplicándolos sobre unas bandejas llenan de virutas de almendras, de cacao, de vainilla y algún que otro sabor más que no he podido descifrar su significado… así que, con la gorra del HOPE, y aquello de “allí donde fueras, haz lo que vieras”, he pedido uno y con varios sabores, porque he visto que la chica que pedía antes que yo así lo ha hecho… como cuando pides un helado con la bola de dos sabores, vamos.
Total, que de vuelta a casa, he decidido probar el ciber que había descubierto ayer justo al lado del apartamento, pero esta parte de la historia ya os la sabéis. Ahora sólo queda que a partir de mañana el rumbo del trabajo vaya a mejor, igual que ha pasado con estos cuatro días de fiesta, y empecemos a cuajar algo de información para la presentación de París, porque si no me parece que vamos a hacer el ridículo. Según voy leyendo de otros compañeros de HOPE en otros países, todos se lo están pasando en grande, están integrados con la población de destino, con sus coordinadores de destino, tienen instalaciones de primera fila, WIFI, ordenadores, etc., etc., o al menos los que están escribiendo correos, puede que el resto, de los que no sabemos nada, es porque estén igual que nosotros o peor.
En fin, que es una putada que te manden a hacer una investigación sobre nuevas tecnologías a un país que tiene muchísimo camino todavía por recorrer, o puede que no, puede que sea ese el reto de nuestro equipo, quizá sea más interesante ver qué pueden hacer y cómo pueden desarrollarse, que ser simplemente testigos de lo bien y lo maravilloso que tienen otros la situación.
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