Ha publicado, entre otros, los libros: La risa de Gea, Tierra secreta, Admisural, Fragmentos de obsidiana, El libro de las limosnas, Edelphus, Hueso de los vientos, Donde de la luz y Donde ahora estoy en pie frente a mi tiempo.
Como coordinadora del Club de Lectura de la biblioteca de Tafalla, nos dio su visión de cómo llevar una tertulia de este tipo y nos fue dando sus aportaciones a la lectura que nos ocupaba, Una mujer en Berlín.
Pero no sólo eso, nos quiso hacer participes de una de sus obras, Hojas Rojas, nos contó cómo y cuándo la escribió, tras el fallecimiento de su madre y cómo pensó la forma de hacerle un homenaje con las cosas y los detalles que más le gustaban.
El resultado fue un magnifico ejemplar en el que se combinan fotografías y poemas, del que me gustaría destacar éste, animando a leer el libro completo a todos aquellos que por unos motivos o por otros les da reparo animarse a leer poesía.
Calle Mojada:Como digo, todo un lujo poder contar con la autora y que nos lea la obra, porque a pesar de los años transcurridos, transmite en su lectura el amor hacia su madre, y eso, quieras que no, te llega al corazoncito... te guste la poesía o no te guste.
La calle estaba mojada.
Sandalias Topolino con calcetines blancos.
Hora de caminar agarradas por el brazo,
con los pasos acompasados.
Catorce años y toda la hermosura del verano.
Ella, de nuevo vestida de blanco,
observa irónica la cámara.
Detrás de las dos amigas
cinco muchachas avanzan
agarradas del brazo. Serán costureras.
Serán madres, enfermeras, obreras.
Serán, tal vez, dueñas a medias,
de sus propias vidas. Es la posguerra.
Gracias, Marina.
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