jueves, 5 de julio de 2012

A calzón quitado.

Que no, que no... que ya sé que hoy es viernes, que no toca sábado sabadete...

Es sólo una expresión que utilizamos, sobre todo en el género de las entrevistas, para decir que alguien ha respondido con total sinceridad, sin pelos en la lengua, con el corazón en la mano, y cienes y cienes de expresiones similares.

La culpa, como siempre, un artículo: ¿Tengo que ser sincero en mi currículo?
Antes se pilla a un mentiroso que a un cojo. Si se atiende a la sabiduría popular, es conveniente no mentir en la vida laboral porque las opciones a un puesto de trabajo se pueden esfumar. Pero decir la verdad no equivale a contarlo todo, si se cree que no se es lo suficientemente bueno para el empleo que se está buscando.
Vamos, que en la virtud de no decir lo que no vaya a ayudarte está el equilibrio. Antes que tener que mentir, es preferible que no cuentes aquello que pudiera perjudicarte, o al menos, que no te va a ayudar a sumar puntos.

¿Es eso mentir? Yo creo que no. Aquí algunos consejos para "maquear" tu curriculum:
1. Pule las partes difíciles, no mientas sobre ellas.
2. Todo problema tiene una historia, escríbela de forma positiva.
5. Céntrate en lo positivo.
6. Habla de las cosas para ser entendido, pero mantén la discreción.
7. Tus explicaciones tienen que ser naturales para que el currículo resulte sincero.

El resto de consejos, hasta completar una lista de diez, como siempre en el artículo de referencia. 

Otra cosa antes de irnos, el currículo tampoco es el lugar idóneo para tratar el motivo por el que dejaste anteriores trabajos. Ya tocará, si llega el caso, en la entrevista. Tampoco es un documento para criticar a tus anteriores jefes, compañeros o lugares de trabajo, por muchas ganas y motivos que tengas. 



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