viernes, 15 de junio de 2012

Excusas, excusas y más excusas.

Viernes, por fin, ganas de que llegue de nuevo el fin de semana, y eso que por aquí, el lunes tuvimos fiesta a consta del amigo San Bernabé, fiesta local en Logroño. 

Si eres buen observador, te preguntas qué coño pinta el hospital de Calahorra celebrando San Bernabé... yo tampoco lo entiendo, o tal vez sí, pero no puedo decirlo, jajaja...

En fin, que es viernes, con pocas ganas de ir a trabajar pero no son tiempos para escaquearse del curro, aunque tengamos unas cuantas excusas para cuando haga falta tirar de repertorio: 

Depresión, jaqueca, fiebre, dolor de espalda o la muerte de un familiar, entre otras, son las excusas que encabezan el ranking de las más usadas por los trabajadores para escaquearse unos días de su puesto de trabajo.
En el artículo en cuestión, diferencian dos grandes bloques a la hora de fingir para no ir a trabajar, uno, "inocente o de picaresca común" que lo que busca es escaquearse uno o dos días del trabajo para alargar un puente o un fin de semana y que finge patologías que no son demostrables como un dolor de cabeza o espalda.

Y otro, fraudulento que va más lejos en el engaño y simula una enfermedad grave llegando incluso a recorrer tribunales médicos para lograr una baja o incapacidad con el fin de estafar a la seguridad social para cobrar los correspondientes subsidios.

Ni que decir tiene que estoy absolutamente en contra de este segundo grupo, pero que quieres que te diga, que con los del primer grupo, los inocentes, quién esté libre de pecado que tire la primera piedra. Es más, servidor, si falta un día o dos, cuando vuelve sigue teniendo todo encima de la mesa esperando a que resuelva, así que hay veces que aunque te den ganas de no ir (por motivos externos, la mayor parte de las veces) te cunde más no faltar por la cuenta que nos trae, jajaja...



Feliz viernes a todos!

1 comentario:

Blanca Usoz dijo...

Hola
Pues a mí ninguno me parece inocente, la verdad. Inventarse la muerte de un familiar para faltar al trabajo creo que no tiene nombre.
Yo siempre creo lo que me dicen los pacientes. Sé que es un error y algunos me han engañado, pero también tenemos trucos para descubrir cosas como falsas lumbalgias.
Inventarse enfermedades, falsificar para conseguir prestaciones fraudulentas imagino que es muy excepcional.
Recuerdo una cajera de supermercado que confesó haber simulado una lumbalgia a una clienta que se interesó por si había logrado arreglar las vacaciones. Me quedé de piedra.
Saludos

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