"¿Cómo computan las 48 horas semanales? ¿Qué son esas necesidades de servicio que pueden impedir que un médico se acoja a la exención de guardias? ¿Se conserva el complemento específico al cambiar de puesto de trabajo?"Nosotros, como Unidad de Recursos Humanos, hasta hace bien poco íbamos recogiendo en un Registro de Atención a Trabajadores (RAT) todas aquellas cuestiones que preocupaban a los profesionales de FHC, no entrabamos a registrar al detalle cada una de estas consultas pero sí que intentábamos al menos codificarlas en base a unos parámetros: día de la semana, franja horaria, tipo de personal, contenido ajustado a POC (procedimiento operativo de calidad: formación, contratación o gestión laboral), etc.
Salían datos curiosos, pero nunca se llegó a tomar la decisión de explotar dichos datos, y recientemente se ha dejado de cumplimentar. Pero al hilo del libro que nos ocupa, muchas han sido las cuestiones que a lo largo de los años nos han planteado sobre la mesa:
"Solicitud de permisos, régimen de contratación, retribución de la atención continuada, carrera-desarrollo profesional, bolsas de trabajo temporal, procesos de selección, etc., etc."Pero no me gustaría quedarme en el detalle de las consultas realizadas sino en las formas. Mis largos veranos trabajando en terrazas de verano y demás establecimientos hosteleros, me hicieron desarrollar un sexto sentido para adivinar el talante de una persona según entra por la puerta, ya sea la de un bar o ya sea la de la Unidad de Recursos Humanos.
Y, como en botica, tenemos de todo. La mayor parte de las ocasiones tenemos trabajadores, supervisores, representantes sindicales y/o directores que entran por la puerta con todo el respeto del mundo, y con el mismo respecto son tratados.
Pero siempre hay excepciones, siempre hay gente que entra como un pulpo (y no el Pulpo Paul) en una cacharrería... y aunque intentamos obviar su "mala educación", intentamos contar hasta diez antes de contestar e intentamos ser resilientes y empatizar con ellos, hay veces que es imposible, y se llevarán la respuesta que se merecen.
Como dice Aretha Franklin, es una cuestión de R.E.S.P.E.C.T.:
Por favor, recordad que los trabajadores de la Unidad de Recursos Humanos de vuestras respectivas organizaciones son trabajadores al fin y a la postre, igual que tú. Tienen un jefe, igual que tú. Tienen que someterse a legislación laboral, normativa, etc., etc., igual que tú a unos protocolos y guías clínicas.
No tienen la culpa de tus problemas, es más, están ahí para intentar solucionarlos, o al menos, orientarte hacia una posible solución.
Tratadnos bien, y se os corresponderá.
El último párrafo me encanta. No hay profesionales de primera y de segunda, aquí todos aportan y todos ayudan...
ResponderEliminarGracias Miguel, son nuestros pequeños sinsabores del día a día, pero tiene que quedar claro que todos remamos en el mismo barco.
ResponderEliminarEse es el problema, que vemos a algunos compañeros como a enemigos. Una lástima.
ResponderEliminarUn beso Iñaki.
Es la verdad, yo tengo buena relación con los compañeros de RRHH de mi Centro, y los veo aguantar cada cosa... (puedo comentar por fin, puedo comentar). Un abrazo.
ResponderEliminarPues la verdad es que en mi campo me siento muy identificada con lo que dices, al ser la puerta de entrada al sistema hospitalario, en urgencias también nos llueven malos modos por todos lados, tanto de compañeros como de pacientes, y al final todo cansa...me imagino que vosotros también debéis aguantar tela, porque para cada uno su problema es el más importante, y la gente se acostumbra a exigir soluciones rápidas e inmediatas...todos pedimos pero pocos dan...
ResponderEliminarAsí que me sumo a tu reflexión, estamos todos en el mismo barco y todos somos igualmente necesarios, cada uno en lo suyo...
Por cierto, una idea genial lo del vademecum laboral, hay tantos conceptos que se nos escapan....!!!
Un abrazo
Muchas gracias a todos por aportar con vuestros casos personales. Efectivamente, Dra. Cole, cuando vamos a urgencias todos queremos que nos atiendan los primeros, sin darnos cuenta de que tu vecino en la sala de espera puede estar más grave que tú.
ResponderEliminarY a mis E6 y E9, cuánta alegría veros siempre por aquí y por Facebook, siempre bien recibidos en esta casa.