Me hizo gracia ver, como este verano y en plena vorágine futbolera del Mundial de Sudáfrica, se posicionara como gran protagonista, por encima de los propios combinados nacionales o de sus máximas estrellas del balón-pié, al que vino a conocerse bajo el nombre del Pulpo Paul.
Pero bueno, era verano puede ser más excusable, no había noticias, y dentro de las secciones deportivas de la prensa escrita y audiovisiual y con el subidón de ver cómo nuestra selección iba pasando eliminatoria tras eliminatoria, pues hasta nos gustaba ver cómo el "pulpito" de marras tenía un "palpito" (la falta de tilde es intencionada, entiéndaseme la broma, jajaja...) y elegía la bandera del equipo que iba a ganar.
Pero señores y señoras de la prensa, señores y señoras de los telediarios serios que hoy he podido ver, señores y señoras de las ediciones online que ojeo cada noche... estamos en pleno otoño, hace un frío del carajo, ahora sí que hay noticias para llenar sus minutos... pero me he hartado de ver que el famoso cefalópodo ha estirado la pata, las ocho a la vez o de una en una, no sé como muere un pulpo, sé cómo se cocina y eso me vale.
"Murió pacíficamente por la noche de muerte natural", concluyó Porwoll en el comunicado del acuario de Oberhausen.Vamos, no me jodas, que es un pulpo... y según los científicos no suelen vivir más de dos años. Echando cuentas, si ya pronosticó que Alemania iba a ganar la Eurocopa de 2008 y se ha muerto en 2010, pues ya está, punto pelota, uno más uno, dos.
Y no van encima unos señores de Galicia, que no tienen otra cosa más importante en la que gastarse el dinero y se han ofrecido para acoger en un museo los restos del fallecido pulpo Paul... ay, si Calamardo sacara la cabeza de su Fondo de Bikini, jajaja...
Por cierto, mientras escribía este post saltaba la noticia de la muerte de Marcelino Camacho a los 92 años de edad. ¿Tendrá la misma trascendencia en los medios esta muerte o se seguirá hablando del pulpo de marras? Espero que no, espero que al histórico Marcelino sí se le conceda la importancia que se merece.
Y ya de paso, espero que los sindicalistas "de mentira" que hay en este país, retomen su razón de ser, la defensa de los trabajadores y no sus propios intereses, y aprendan del legado que Camacho nos deja.
NOTA del autor: ayer por la noche cuando escribía este post, empezó a correr por twitter la noticia de la muerte de Marcelino Camacho, pero preferí contrastarlo con un periódico serio, como puede ser El Mundo, y efectivamente, publicaban dicho fallecimiento. Pero esta mañana me desayuno con esta otra noticia y parece ser que "dónde dije dijo digo Diego". Así que, aunque siga pensando lo mismo de los sindicalistas de hoy en día, afortunadamente Marcelino Camacho sigue con nosotros.
Pues a ver si te escuchan y como dices se dedican a lo que tienen que dedicarse. Un abrazo.
ResponderEliminarBuenas, enfermero9, ya te pillo por dónde vas... Un abrazo.
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