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lunes, 19 de abril de 2010

Redes sociales y productividad.

Leía este fin de semana El blog de JUAN IRAOLA, al que había llegado a través de un tweet de @adriapolis en el que nos invitaba a reflexionar sobre el argumento descrito por Juan. Así que ni corto ni perezoso, y mientras escuchaba los partidos del domingo por la radio, también a través del player radio de la SER, empecé a pensar en todo ello y decidí contestarle con esta entrada en SobreviviRRHHé!

Nos invitaban a reflexionar si las redes sociales reducen la productividad en las empresas, y es entonces cuándo me han tocado la fibra sensible, porque yo soy de la opinión de que las redes sociales, sea facebook, sea twitter, sea LinkedIn, sea lo que sea, no tienen por qué reducir la productividad de los trabajadores, al menos...
  1. Al menos no más de lo que lo puedan hacer las tres o cuatro escapaditas a fumar el cigarro, ese que antes se fumaban directamente en el puesto de trabajo, y ahora con la excusa tienen que irse a la calle a hacerlo.
  2. Al menos no más de lo que lo puedan hacer esos descansos obligatorios durante la jornada laboral, que aunque vienen regulados por convenio, al final siempre son más largos de lo que nos corresponde.
  3. Al menos no más de lo que puedan hacer esas escapaditas a la máquina del café, que aunque ya has fumado y ya has almorzado, pues un cafecito entre horas pues tampoco viene mal, y de paso, si te llevas compañia, pues aprovechas para repasar los dimes y diretes de los compañeros que no están.
  4. Al menos no más de lo que puedan hacer esas reuniones interminables, que en primer lugar, nunca empiezan a su hora, y en segundo lugar, nunca saben cómo terminarlas y rebasados los 45/50 minutos productivos, se convierten en una gran pérdida de tiempo para todos.
  5. Al menos no más que de lo que puedan hacer todas esas medidas de seguridad y claves y contraseñas que debes sortear cada vez que arrancas el ordenador, y que te dan tiempo a ver cómo te crecen las uñas de los dedos de los piés. Es como si Matrix hubiera entrado en la sala y el tiempo se hubiera detenido para que puedas esquivar golpes y porrazos...
En fin, que cuando un trabajador no tiene claro lo que tiene que hacer, cualquier excusa es buena para levantar la vista de su quehacer diario. No es justo echarle la culpa a las redes sociales en cualquiera de sus vertientes. Y como mejor que el amigo Juan no voy a poder decirlo, le copio directamente las últimas líneas de su post: "...en mi opinión no son la CAUSA de la pérdida de productividad, son las consecuencias derivadas de una organización sin rumbo ni liderazgo."

Que cada cual se aplique el cuento...

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