Podemos leer en Diario Médico que el acoso moral en el trabajo o 'mobbing' es el responsable del 10% de las bajas por depresión en la Administración, según un estudio elaborado por CSIF en el que advierte que estas cifras se duplican "como mínimo" en el ámbito privado, pero que "el miedo a perder el empleo unido al agravante de la crisis económica hace que se denuncie muy poco".
Y, caramba, vemos también que entre los sectores más afectados se encuentran la sanidad, la enseñanza y, en concreto, los puestos de carácter administrativo. Vaya, vaya, y ahí me veo yo, trabajando en sanidad en un puesto de perfil administrativo.
Y me pregunto: ¿me estarán acosando y no me he dado cuenta? Si es así, que síntomas debería estar teniendo: estrés, falta de autoestima, sentimientos de culpabilidad, fobias, trastornos del sueño e incluso problemas digestivos y musculoesqueléticos. Pues podríamos decir que en los últimos seis meses de todo eso ha habido...
Según el protocolo de actuación a la hora de llevar un caso a los tribunales recomiendan que la víctima registre día a día los agravios hacia su trabajo o hacia su persona. Pero, ¿no será esto contraproducente? Al final estaremos más pendientes de ver si nos hacen mobbing que de hacer bien nuestro trabajo, además, y pongo un ejemplo, si nos pegan una hostia, con perdón, con lo que eso duele, y encima tenemos que apuntar quién, cómo, cuándo, dónde y por qué nos han pegado una hostia, el resultado es que nos la han dado dos veces, o tres o cuatro... o tantas veces como ocasiones en las que vuelvas a leer que nos dieron una hostia.
Es un tema delicado y no es bueno frivolizar sobre ello. A mí me sirvió, y mucho, empezar este blog. Y es que si te obsesionas en que te puedan estar acosando, al final, hagan lo que hagan, sea bueno, malo o regular, tú lo verás como un ataque... así que, a relajarse toca. Podéis releer la entrada de SobreviviRRHHé del pasado 15 de febrero sobre resiliencia, y sobre todo, el vídeo final de dicha entrada.
Permitidme la última broma, nada tiene que ver el Moving de Macaco con el mobbing del que hemos hablado, pero aquí os dejo este tema:
Y, caramba, vemos también que entre los sectores más afectados se encuentran la sanidad, la enseñanza y, en concreto, los puestos de carácter administrativo. Vaya, vaya, y ahí me veo yo, trabajando en sanidad en un puesto de perfil administrativo.
Y me pregunto: ¿me estarán acosando y no me he dado cuenta? Si es así, que síntomas debería estar teniendo: estrés, falta de autoestima, sentimientos de culpabilidad, fobias, trastornos del sueño e incluso problemas digestivos y musculoesqueléticos. Pues podríamos decir que en los últimos seis meses de todo eso ha habido...
Según el protocolo de actuación a la hora de llevar un caso a los tribunales recomiendan que la víctima registre día a día los agravios hacia su trabajo o hacia su persona. Pero, ¿no será esto contraproducente? Al final estaremos más pendientes de ver si nos hacen mobbing que de hacer bien nuestro trabajo, además, y pongo un ejemplo, si nos pegan una hostia, con perdón, con lo que eso duele, y encima tenemos que apuntar quién, cómo, cuándo, dónde y por qué nos han pegado una hostia, el resultado es que nos la han dado dos veces, o tres o cuatro... o tantas veces como ocasiones en las que vuelvas a leer que nos dieron una hostia.
Es un tema delicado y no es bueno frivolizar sobre ello. A mí me sirvió, y mucho, empezar este blog. Y es que si te obsesionas en que te puedan estar acosando, al final, hagan lo que hagan, sea bueno, malo o regular, tú lo verás como un ataque... así que, a relajarse toca. Podéis releer la entrada de SobreviviRRHHé del pasado 15 de febrero sobre resiliencia, y sobre todo, el vídeo final de dicha entrada.
Permitidme la última broma, nada tiene que ver el Moving de Macaco con el mobbing del que hemos hablado, pero aquí os dejo este tema:
Efectivamente, el mobbing es un tema muy serio. En la mayoría de las ocasiones los ataques son sutiles y velados. Suele ser difícil demostrarlo, por lo que es importante recoger las pruebas que se pueda, si uno recaba el valor suficiente como para acudir a los tribunales.
ResponderEliminarLa primera en identificar este mal, que yo sepa, fue Mary France Hirigoyen en su libro "El acoso moral". En él habla del acoso que se puede producir en distintos ámbitos (en la familia, en las relaciones de pareja, en el trabajo...). Muchas personas pudieron poner nombre a una situación que estaban viviendo en su puestos de trabajo que, hasta entonces, se asumía como normal.