Caramba como está el patio.
Aunque parto esta reflexión de lunes sobre una noticia de un periódico uruguayo, creo que se puede aplicar también a nuestros jovenes: Los nuevos empleados.
Se refiere a los nuevos trabajadores, esos que tienen entre 20 y 30 años, que entraron al mercado laboral en los últimos años y que han impuesto ciertas reglas propias, que a veces sorprenden a los de las generaciones mayores. Una de esas reglas es, justamente, la búsqueda de un balance "vida-trabajo" y cierta flexibilidad para realizar tareas paralelas que les son relevantes, ya sea una clase de inglés, de crochet o ir al club.
No lo tengo tan claro.
No veo yo tan claro que las generaciones "mayores" no prefieran equilibrar vida personal con vida laboral. ¿Es tan complicado tener un trabajo que te permita tener las tardes libres para poder dedicar a esas cosas que te gustan y que de lo contrario es imposible hacerlas?
Sí, ya sé que muchos de vosotros podréis decirme que lo dificil es encontrar un trabajo, y punto, sin condiciones buenas o malas. Pero ahí llega la segunda reflexión: ¿debemos coger lo primero que caiga en nuestras manos si no cumple con un mínimo de garantías de calidad de vida?
Como dicen en el artículo "La generación Y está ingresando al mercado laboral y llega con sus propias exigencias. Y son un dolor de cabeza para jefes y empresas."
Aviso para jefes y empresas: ¿apretamos las tuercas todo lo posible porque no les queda otra si quieren trabajar o facilitamos al máximo el acceso al mercado laboral ganando ellos y ganando nuestras empresas?
Demasiadas preguntas para ser lunes, si tienes algo que decir, sírvete de comentar tú mismo. Se agradece mucho no hablar sólo.
Precisamente esta semana pasada un colega director de proyecto me decía que pertenezco a la "Y generation" argumentando esta clasificación porque necesito que me digan el objetivo de una acción para ejecutarla. Y es cierto: si sabes hacia dónde va el camino puedes tomar mejores decisiones.
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