Hagamos que nuestro día a día en una Unidad de Recursos Humanos sea algo que valió, vale y valdrá la pena... está en nuestra mano, eso seguro.
Toda esta reflexión viene al hilo de este tweet que llegaba a mi TL de mano de @joancmarch y que me daba a conocer un blog que no conocía Human Being y esta fantástica entrada: Cosas que hacen que trabajar en RRHH valga la pena:
En esta coyuntura global y asumiendo que la función de gestión de personas está obligada a reinventarse, adaptarse, superarse a sí misma, siempre bajo la atenta mirada del negocio – quien en tantas ocasiones ha dudado de nuestra razón de ser -, he encontrado una serie de “cosas” cotidianas, normales, simples me atrevería a decir, por las que más allá de los cambios que viviremos en los próximos años como función, seguirá mereciendo la pena entregarse con pasión y con inteligencia en nuestro quehacer diario.El autor de dicha entrada nos deja a modo de lista una serie de situaciones que hacen que valga la pena nuestro trabajo, de las cuales voy a destacar algunas en las que no puedo estar más de acuerdo:
- El agradecimiento de un empleado que ha contado con nuestro apoyo para hacer frente a un proyecto o nueva posición en la que tenía dudas de darlo todo, y finalmente lo consiguió.
- Enfrentarse cada día a una realidad desconocida, basándonos en la máxima de que cada persona es un mundo y que cada situación es diferente de la otra. No existe una problemática idéntica porque cada empleado es único e irrepetible.
- Tener el honor de trabajar en una función en la que siempre, más allá de cómo se configuren las organizaciones en el futuro e independientemente de cómo los avances tecnológicos impacten nuestro “modus vivendi”, la materia prima de nuestro día a día, serán personas.
Porque muchas veces se trata de eso, de personas frente a personas, y no me entendáis el termino "frente" como confrontación, sino simplemente el hecho de estar uno en frentre del otro, mirarnos a los ojos y tratar de ayudar en lo que se pueda, nos corresponda o no nos corresponda jerárquica o funcionalmente.
Y sólo así, podremos irnos a casa al final de la jornada laboral pensando aquello que cantaba Marc Anthony – Valio La Pena
Son estas pequeñas cosas las que nos hacen engancharnos a proyectos como Mírame, diferenciaté con un objetivo tan significativo como éste: "Humanizarnos, que no es poco."
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Buenos días!! Aunque un poco espesa tras salir de noche, no puedo estar más de acuerdo.
ResponderEliminarCuanto me ha alegrado encontrarme una persona comprensiva y amable, sensible a mis problemas cuando he necesitado algo de esta área, y cuánto me ha decepcionado el caso contrario.
Otra área que necesita mucho Mirame!!
Mi sonrisa y mis gracias para ti Iñaki!
No sé si me reitero pero una de las cosas que más me preocupan de mi cometido actual; más allá de los marrones, más allá del día a día, de la locura, es hacer que las personas que conforman el equipo se sientan parte de él, sientan los logros como propios y vean de qué manera su trabajo y aportaciones son fundamentales para el funcionamiento del engranaje. Igual me paso dando las gracias y puede llegar a parecer un trámite, pero realmente agradezco cada esfuerzo que hacen. Esto funciona porque somos un equipo. Por eso agradezco que de vez en cuando nos recuerdes estas premisas. Sobre todos a quienes tenemos que dirigir equipos sin haberlo pedido y sin haberlo aprendido...
ResponderEliminarAna Valeria, todo un detalle entretenerte un ratito por aquí después de trabajar toda la noche... y sí, intentamos ser comprensibles, yo al menos, aunque también hay días que nos levantamos con el pie izquierdo, jejeje...
ResponderEliminarTaite, guapa, tú y yo ya hemos hablado en alguna ocasión de estas cositas, y me consta que haces todo lo posible porque tus #niñas estén bien atendidas. No te canses nunca de dar la gracias, siempre gusta oirlo aunque se dé por hecho.
Besazos a las dos, y gracias por dejar aquí vuestro granito de arena.