No, por Dios, no me he vuelto loco... yo a mi madre le adoró, aunque también es fumadora y el día que se muera lo hará con el cigarrillo en el mano.
Pero sí, este es otro post anti-tabaco, de los muchos que rondan estos días por la blogosfera, porque yo ni fumo ni he fumado nunca y aunque soy tolerante con los que fuman a mi alrededor, lo que nunca he entendido es la mezcla de humos e infancia.
Ahora que se vuelve a hablar de la nueva Ley del Tabaco que estará en vigor a partir del 1 de enero de 2011, de si ganan o pierden los hosteleros, de si se puede fumar o no en el coche si hay niños delante. Se habla, por ejemplo, de que se extenderá el uso de las terrazas con calefacción.
Pero es que incluso en el País Vasco se han querido adelantar al resto y plantean hasta prohibir fumar en los parques infantiles... y que quieres que te diga, que como padre no fumador de dos criaturas pues mira, que no me gusta "prohibir", soy más partidario de campañas de concienciación antes de llegar a esos extremos, pero si no se dan cuenta del daño que están haciendo, pues habrá que prohibir.
Y en éstas estábamos cuando llegó a mis manos el Diario Médico del 27 de agosto, en el que nos explican que las primeras heces de los bebés revelan si la madre fumó en el embarazo.
En el estudio participaron 331 bebés de los que se tomaron muestras de las primeras heces. El objetivo era el hallazgo de metabolitos del tabaco. Los investigadores encontraron una fuerte relación entre la cantidad de metabolitos y la exposición al humo del tabaco que había tenido la madre y determinaron la duración y la intensidad de la exposición, ya que las concentraciones eran mayores entre los recién nacidos de fumadores activos, en comparación con las mujeres que no fumaban o eran fumadoras pasivas.
Pues eso, que si hablaran las criaturas al nacer, podrían decirle a su mamaita: ¿pero qué mierda me has hecho, mamá?
Por favor, piensen antes de encenderse el cigarrillo dónde están y a quién tienen a su alrededor, puede que así, no habría que prohibir tantas cosas, no?
Totalmente de acuerdo, aunque yo creo que soy menos tolerante que tú. No soporto ver que un adulto fuma delante de un niño, no lo entiendo. Y personalmente me molesta muchísimo ir a un bar o a un restaurante y no poder disfrutar de la comida porque hay alguien cerca fumando y alterando los olores y los sabores de lo que había ido a degustar. No sería la primera vez que me voy de un local por culpa del humo.
ResponderEliminarSinceramente, dan ganas de irse al País Vasco a poder respirar tranquilo.
Buenos días, María... yo no llego a esos extremos, pero cuando hay niños pequeños (en mi caso uno de 4 años y una de 6 mesitos) pues sí que me molesta que los fumadores no se den cuenta de lo que están haciendo.
ResponderEliminarLo de irme de los locales con humo es por una razón (además de todo lo que me molesta): soy un cliente que se va a dejar el dinero por un servicio. Si no voy a poder disfrutar del servicio como yo quiero, lo siento, pero me busco otro sitio. Que los hay. Si tuviera hijos ni siquiera entraría en esos locales. Ellos ganarán dinero con los fumadores, pero yo no pienso perder mi salud por ellos.
ResponderEliminar¿Radical? Bien, puede que sí, pero es mi dinero y mi salud.
¿Recuerdas cuando ibas a un bar y salías oliendo a tabaco? Eso, en mi ciudad, ha cambiado en muchos sitios.
ResponderEliminarPasito a pasito.
María, tú al menos puedes elegir si entrar o quedarte, pero hay algunos pobres camareros, y más en estos años de crisis que estamos, que no pueden elegir, y se tragan durante su jornada humos y más humos.
ResponderEliminarHola Emilio, y cuando se podía fumar en trabajo? Había días, y hablo de 2002-2003 que llegaba a casa del trabajo en la oficina del hospital y mi mujer se pensaba que venía del bar... gracias a Dios, eso sí que se ha acabado.
El tabaco debería ser algo que perteneciera exclusivamente al ámbito privado,como las religiones.A mí no me importa qué religión practiques, mientras no me des con tu libro sagrado en la cocorota o me lapides en la vía pública.Pues con el tabaco lo mismo.Si quieres fumar,fuma, pero yo no tengo porqué soportar los humos y mucho menos los niños. En mi hospital se realizó un estudio con niños asmáticos de la consulta de Neumología Infantil en el que, tras preguntar a los padres si fumaban,se les indicaba que dejaran de hacerlo,explicándoles que era perjudicial para ellos y para la patología de su hijo (más infecciones respiratorias,más crisis asmáticas,etc...).Se medía posteriormente en la orina de los niños un metabolito de la nicotina (la cotinina) y era alucinante comprobar que tras la primera visita, la mayoría de los padres seguían fumando en presencia de sus hijos,pues éstos presentaban cifras elevadasímas de cotinina en orina.Mucha gente no es consciente de lo desagradable y de lo nocivo que es el tabaco y si no son capaces de dejarlo por sus hijos, probablemente la prohibición y la mano dura sean la única solución.
ResponderEliminarUn saludo!
Muchísimas gracias, José Ramón, por tu aportación a la entrada de hoy. Es triste saber que los padres darían su vida por un hijo, pero a la vez, son incapaces de ver qué son ellos los que los están "matando" poquito a poquito.
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