Mientras algunos, a los que yo me uno, van pidiendo por ahí un área wifi global y gratuito, como el propio Enrique Gavilán en su nido, ese lugar dónde él pone sus huevos; ya están aquí los otros, los alarmistas de siempre, los que si fuera por ellos seguiríamos lavando la ropa en el río, o calentando el café del desayuno en un pucherito.
Ya pasó cuando llegó el micro-ondas, de nuevo se repitió con los móviles, y ahora, como no, le toca al wifi.
El pasado sábado podíamos leer en Cartas al director del Diario de Navarra que el wifi es perjudicial para la salud.
Como podemos leer primero nos enumeran las ventajas del wifi diciéndonos que en breve invadirá, si no lo ha hecho ya, los colegios de nuestros hijos. Y es que, a simple vista, todo son ventajas: se pueden compartir archivos, imprimir documentos, compartir la conexión a Internet desde cualquier punto del colegio, sin ninguna atadura de cables y, encima, resulta mucho más barato que cablear ordenadores.
Pero acto seguido empiezan con los demonios de siempre y con la siempre mencionada cara oculta de la moneda: la emisión ininterrumpida de ondas electromagnéticas. Y que hasta el propio Parlamento Europeo reconoce que estas tecnologías (wifi entre ellas) emiten campos electromagnéticos que pueden producir y producen efectos nocivos sobre la salud humana, aun en los niveles más bajos de exposición.
Y no contentos con esto, terminan lanzando una especie de amenaza velada: ¿Qué director de qué departamento de educación o de qué colegio se va a responsabilizar, por escrito, de que no habrá nada que lamentar a consecuencia del wifi?
Pues cualquiera que tenga dos dedos de frente, porque el progreso llega, los avances no se pueden frenar por temor a los fantasmas de siempre, y porque un colegio que ofrezca este tipo de servicios en bien de la educación de sus alumnos, es el colegio que quiero yo para mis hijos.
Ah, por cierto, como padre de dos chiquillos (de cuatro años y de cuatro meses) tengo que reconocer que acabo de abrirle las puertas de mi casa de par en par al monstruo wifi, y estoy seguro que nada nos va a pasar, o al menos, con la misma probabilidad de que me caiga un rayo, o que mi avión (los dos que cojo al año) se estrelle, o de que tenga un accidente con el coche... y no por eso voy a ir en burro a todas partes, porque digo yo, también corro peligro de que me pegue una coz, no?
NOTA: el gran Enrique Gavilán nos presentaba en el post que hemos mencionado una página web que te localiza los puntos de conexión wifi de la localidad dónde te encuentres en un mapa de Google. Muchas gracias, Enrique, yo la usaré para ir corriendo con mi netbook allá donde haya wifi gratis, otros seguro que la usan para salir huyendo no vayan a morirse por tus wifis!
Hace unas semanas leí un capítulo de un libro (muy recomendable, por cierto) titulado "Un matemático lee el periódico", de John Allen Paulos. El capítulo revisaba los resultados de diversos estudios epidemiológicos sobre el tema de la influencia de las antenas parabólicas sobre la salud, y con más énfasis reanalizó los resultados del estudio a partir del cual comenzó la epidemia de miedo que hace unos años vivimos acerca de este tema. La conclusión matemática es que el efecto era más bien protector... pero el tratamiento mediático fue en sentido que todos conocemos.
ResponderEliminarEjemplos de esto hay miles. Es el miedo a lo desconocido, a lo nuevo, a lo invisible. Hasta cierto punto es lógico. Pero es que ya no vivimos en las cavernas. Se pueden analizar las cosas, se pueden estudiar, podemos comprobar la verdad de las cosas y aproximarnos a ella. A veces me pregunto porqué no se hace, y cuando se hace porqué se manipula. Revertir el miedo colectivo no es fácil, pero con la gripe A nos dimos cuenta de que se puede.
Un abrazo y gracias por la mención.
Muchísimas gracias a ti Enrique por partida doble:
ResponderEliminar1.- Por pasarte por aquí a honrarnos con tu presencia.
2.- Por el comentario, recomendación incluida, que hace que mi humilde post adquiera aún más valor.
Lo dicho, siempre atento a tu nido, para que no se nos escape ni uno sólo de los huevos que pongas, jejeje...
En mi hospital el wifi sería caro para nuestro bolsillo no para nuestra salud ....
ResponderEliminarA mi casa llegan algo así como 7 u 8 fuentes wifi, incluida la mía, y algún despistado la tiene sin cifrar. Lo cual viene muy bien para coectarse a internet si se te estropea tu conexión. Salu2.0
ResponderEliminarHola @juana, no estoy muy puesto en estos estudios de si wifi es perjudicial o no, está claro que algo habrá de fondo, pero no para volver a crear las mismas alarmas sociales que se crearon con los microondas, los móviles y todo aquello que signifique progresar tecnológicamente...
ResponderEliminarHola @gerineldo, pues según los críticos de wifi estás a punto de morirte por sobredosis... mira, ya tienes otro motivo para convencer a tu mujer de que os tenéis que ir a Inglaterra, jajaja...
Los rayos y centellas me atacan: wifis, ondas de TV, de radio, de telefonía móvil... ¿dónde me escondo? ¿En la profunda Escocia?
ResponderEliminarSalu2.0