De qué estoy hablando, os preguntaréis, pues parece ser que han descubierto la fórmula matemática del amor.
José Manuel Rey, profesor del Departamento de Análisis Económico de la Universidad Complutense de Madrid, ha elaborado un curioso modelo matemático en el que emplea la segunda ley de la termodinámica y unas ecuaciones de control del ámbito de la ingeniería para explicar qué leches les pasa a las parejas.
Aquí tenéis la fórmula matemática de marras:
Para empezar, «la manera de regar el jardín, de mantener nuestra relación, es muy particular. Cada pareja debe descubrir su patrón específico, que no es evidente», apunta Rey. Este patrón puede traducirse en acciones cotidianas como hacer planes juntos, dedicarse tiempo, escuchar los problemas del otro, ser más cariñoso o tolerante, hacerse regalos...
En segundo lugar, «uno debe conocer cuánto está dispuesto a esforzarse por mantener la relación... Esto es perverso, porque sea lo que sea, siempre será insuficiente». Por último, la propia dinámica de las cosas dice que «cuando uno se esfuerza algo menos, hay una inercia a la dejadez».
A pesar de todo, siempre queda una ventana abierta a la esperanza. «Hay personas que lo consiguen, pero si preguntas a las parejas que llevan 40 años juntas y felices, seguro que no te van a decir que ha sido gratis».
Pues eso, termino como empecé, con la canción de @frnperea para que la escuchéis mientras petáis el cuadrito de los comentarios:
Por cierto, yo tengo mi propia fórmula... Ya habéis descubierto a qué narices viene el título de este post!
Buenos días: ah, l´amour, que dirían los franceses. Tras 20 años de matrimonio, puedo decir que no se nada, sólo que cada mañana, cada día, cada momento, hay que estar muy pendiente del otro. Y ser correspondido. Y nunca hay equilibrio.
ResponderEliminarCreo en la química de las relaciones, y en la física, y en la suerte, y en tantos y tantos detalles, que hacen que cada relación sea un mundo.
Y que todos necesitamos amor, como dice la canción de los Beatles.
Hola Pilar, pues yo este año en septiembre, 8 años los que haga desde que me casé, y la clave está en saber mantener la identidad de cada uno de los dos, es decir, que uno más uno sean dos, y no que la personalidad de uno pretenda anular al segundo. Que cada uno tenga su espacio, y además, que te apetezca compartirlo con el otro.
ResponderEliminarCuando lleve 20 años como tú, ya te diré...